El pasado viernes se hizo
pública la dimisión de Nubia Macías como Directora de la Feria Internacional
del Libro de Guadalajara (México).
Hablar bien de Nubia es fácil
e incluso un lugar común para todos los que nos movemos en los diferentes
oficios del libro. Bajo su dirección la FIL se ha convertido en el evento
profesional y cultural más importante del mundo del libro en lengua española (y del “mundo mundial”). Una dirección tan personal como difícilmente
imitable basada en una extrema profesionalidad y un excelente trato humano. Para Nubia tan
importante es el alto ejecutivo de una multinacional de la comunicación o un
premio Nobel, que un lector tapatío o un
modesto librero zaragozano (mi caso): notas y sabes que es verdad, que no es
una pose: su trato y simpatía te lo demuestran en cada momento.
Hay muchas cosas que tengo
que agradecer a Nubia Macías. La primera animarme a visitar año a año la FIL:
la energía profesional y vital que me transmite me ha ayudado siempre a valorar
más mi oficio y a no anquilosarme ni aburrirme. La segunda el haber apoyado de
manera generosa y desinteresada el Encuentro de Librerías y Editoriales
Independientes Iberoamericanas “Otra mirada”, que tanto esfuerzo organizativo
nos supone pero que tantas alegrías nos da. Y las más importantes: haberme brindado su
amistad, hacerme amar un país tan
increíble y fascinante como México y haber propiciado el nacimiento de nuevos y
grandes amigos (y ya se sabe que a partir de cierta edad no hay nada más
hermoso)
Es tonto hacer homenajes a
una persona tan joven como Nubia, pero sería de necios no reconocer lo que su
trabajo y su personalidad han sido y son para el libro, para su país y para Iberoamérica.
Así pues: gracias, Nubia. Nos
vemos pronto.
Paco Goyanes
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