martes, 30 de abril de 2013

5 ideas clave y un libro a tener muy en cuenta en el 1 de mayo


1. «Las conquistas sociales que se obtuvieron en dos siglos de luchas colectivas no estaban aseguradas, como creíamos, y para recomenzar una nueva etapa de progreso habrá que volver a ganarlas con métodos nuevos, porque las clases dominantes han aprendido a neutralizar los que usábamos hasta hoy»

2. «Lo que los ciudadanos españoles pagan hoy con recortes, paro y sacrificios son las deudas gigantescas de unas entidades financieras que comprometieron sus recursos en inversiones de riesgo para poder repartir beneficios y comisiones a sus dirigentes y a unos cómplices políticos que primero les dejaron hacer y después aceptaron que fuese el estado quien asumiese el problema de bancos y cajas, pero no el de millares de familias que han sido desahuciadas en cuanto la crisis engendrada por los especuladores les ha dejado sin recursos para pagar las hipotecas.»

3. «Lo que al principio pareció una sucesión de revueltas populares [árabes] democratizadoras, ha sufrido tantos cambios que resulta  difícil prever su futuro. Hay un acuerdo de principio en considerar que lo que echó a las calles a quienes protestaban fue una “demanda” de dignidad y el rechazo a aceptar que las dictaduras familiares locales fuesen los propietarios de sus países.” Pero se equivocaron quienes, como Tahar Ben Jelloun, se apresuraron a afirmar que “esta primavera rubrica la derrota del islamismo”, que habría cedido el terreno a las reivindicaciones políticas y sociales de los jóvenes revolucionarios.
»La realidad ha desmentido estas previsiones: en lugar de llevar revolucionarios laicos al poder, las elecciones han visto el triunfo de los partidos islamistas en Túnes, Marruecos, Libia y Egipto.»

4. «Hillary Clinton definió las grandes líneas del programa de política exterior norteamericana en noviembre de 2011, en un artículo con el título de “El siglo norteamericano del Pacífico”, donde afirmaba que “el futuro de la política se decidirá en Asia oriental, no en Afganistán ni en Irak, y que los Estados Unidos estarán en el centro mismo de la acción”. Esto significaba abandonar la retórica de la “guerra contra el terror” y poner en primer plano, sin tapujos, lo que siempre ha sido el móvil fundamental de la política exterior norteamericana: la búsqueda de la superioridad política y militar como condicionante de la supremacía económica.»

5. «El sistema capitalista parece consolidado en su variante depredadora actual, gracias a que la propia crisis ha contribuido a que se acepten incluso sus métodos más abusivos.»



(Fragmentos extractados respectivamente de las páginas 19, 61, 98-99, 120 y 133 de El futuro es un país extraño, Josep Fontana.)

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