1. «Las
conquistas sociales que se obtuvieron en dos siglos de luchas colectivas no
estaban aseguradas, como creíamos, y para recomenzar una nueva etapa de
progreso habrá que volver a ganarlas con métodos nuevos, porque las clases
dominantes han aprendido a neutralizar los que usábamos hasta hoy»
2. «Lo
que los ciudadanos españoles pagan hoy con recortes, paro y sacrificios son las
deudas gigantescas de unas entidades financieras que comprometieron sus
recursos en inversiones de riesgo para poder repartir beneficios y comisiones a
sus dirigentes y a unos cómplices políticos que primero les dejaron hacer y
después aceptaron que fuese el estado quien asumiese el problema de bancos y
cajas, pero no el de millares de familias que han sido desahuciadas en cuanto
la crisis engendrada por los especuladores les ha dejado sin recursos para
pagar las hipotecas.»
3. «Lo
que al principio pareció una sucesión de revueltas populares [árabes] democratizadoras,
ha sufrido tantos cambios que resulta difícil
prever su futuro. Hay un acuerdo de principio en considerar que lo que echó a
las calles a quienes protestaban fue una “demanda” de dignidad y el rechazo a
aceptar que las dictaduras familiares locales fuesen los propietarios de sus
países.” Pero se equivocaron quienes, como Tahar Ben Jelloun, se apresuraron a
afirmar que “esta primavera rubrica la derrota del islamismo”, que habría
cedido el terreno a las reivindicaciones políticas y sociales de los jóvenes
revolucionarios.
»La
realidad ha desmentido estas previsiones: en lugar de llevar revolucionarios
laicos al poder, las elecciones han visto el triunfo de los partidos islamistas
en Túnes, Marruecos, Libia y Egipto.»
4. «Hillary
Clinton definió las grandes líneas del programa de política exterior
norteamericana en noviembre de 2011, en un artículo con el título de “El siglo
norteamericano del Pacífico”, donde afirmaba que “el futuro de la política se
decidirá en Asia oriental, no en Afganistán ni en Irak, y que los Estados
Unidos estarán en el centro mismo de la acción”. Esto significaba abandonar la
retórica de la “guerra contra el terror” y poner en primer plano, sin tapujos, lo que siempre ha sido el móvil fundamental de la política exterior
norteamericana: la búsqueda de la superioridad política y militar como
condicionante de la supremacía económica.»
5. «El
sistema capitalista parece consolidado en su variante depredadora actual,
gracias a que la propia crisis ha contribuido a que se acepten incluso sus
métodos más abusivos.»
(Fragmentos extractados respectivamente de
las páginas 19, 61, 98-99, 120 y 133 de El futuro es un país extraño, Josep
Fontana.)
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