jueves, 27 de junio de 2013

San Sebastián, el clásico de los haikus y el país de Raymond Carver, o tres lecturas imprescindibles para dar la bienvenida al verano

Con el aumento de las horas de sol, el placer de leer con luz natural se torna más fácil; tenemos más horas para elegir el momento adecuado para la lectura. Cuando hayamos encontrado el lugar y esa hora que al fin es nuestra, aquí tenemos tres obras recientes que recomendamos desde Cálamo:

Martutene. Ramon Saizarbitoria.
¿Recuerdan la novela de Montauk, escrita por Max Frisch? En ella, Frisch pasa un fin de semana en la localidad de Long Island, que da título a la novela, y relata su experiencia durante esos días, al tiempo que recorre también su trayectoria vital.
Ramon Saizarbitoria toma como referencia Montauk y ubica su novela en Martutene, en San Sebastián, lugar en el que los personajes, dos parejas en un momento de convulsos cambios en sus respectivas relaciones, pasarán unos días con el eco de su pasado y la llegada de una socióloga americana que truncará sus vidas. Julia es traductora, Martin, escritor; Pilar y Abaitua son médicos. ¿Qué les depara la nueva convivencia con esta joven chica?

«Martutene, un hito sin parangón en la historia de la novela vasca» (Jon Kortazar)

Aware. Vicente Haya.
Por sendas de montaña. Matsuo Basho.

Si hace pocas semanas recomendábamos Aware, el libro perfecto para adentrarse en el mundo del haiku,  encontramos en Por sendas de montaña a uno de sus máximos exponentes: Matsuo Basho. Este autor del siglo XVII es el clásico de referencia en el arte de la poesía japonesa, y sus textos emanan vitalidad y cercanía con la naturaleza. 

Carver Country. Textos de Raymond Carver y fotografías de Bob Adelman.

No hay nada de Raymond Carver que no se haya dicho ya. Referencia absoluta en el arte del relato corto e incorporado como pieza esencial dentro del realismo sucio, en esta edición de Carver Country encontramos una fantástica selección de imágenes del mundo carveriano: desde su infancia hasta los parajes desolados de las ciudades en las que pasó gran parte de su vida. El libro también incluye un epílogo de Tess Gallagher, su viuda. Todos los textos proceden de sus cuentos, poemas y cartas inéditas. Las imágenes, a toda página, autoría de Bob Adelman, dotan al libro de una potencia especial para los numerosos seguidores del universo Carver. 

miércoles, 19 de junio de 2013

Isidro Ferrer: «Mi meta es seguir disfrutando de las sorpresas que me regala esta profesión»

Isidro Ferrer estudió Arte dramático y escenografía. Combina su actividad de diseñador gráfico con una intensa labor en otros campos de la imagen como la ilustración, tanto para adultos como para niños, la realización de comics, animaciones para TV, o la edición. Cuenta con más de 30 libros publicados y su obra ha sido objeto de exposiciones individuales en distintas partes del mundo. Este viernes, Ferrer será homenajeado en Cálamo por su incontestable trayectoria artística, rematada por premios como el Nacional de Diseño o en Nacional de Ilustración. Con él hablamos sobre el pasado, presente y futuro de su proyecto.  

Estudiaste arte dramático y ya desde la carta de presentación de tu web no faltan las referencias literarias («a la máquina de hacer versos que imaginó el machadiano Juan de Mairena»). ¿Cómo se relaciona Isidro Ferrer con los libros?, ¿y cuáles son los autores y la literatura que le inspiran?

Mi relación con los libros es una relación íntima y estrecha. Me gustan los libros, no solamente por su contenido si no por lo que son. El libro no solo es soporte de la literatura, también es un espacio físico contenedor de sensaciones. El libro es el papel, es el lomo, es el formato, son las tripas, son las guardas, es el cosido. El libro también es tiempo, aunque cada vez el tiempo del libro sea más breve.
Soy un lector heterodoxo, leo por curiosidad, por devoción, por necesidad, para salir, para entrar, para documentarme, para buscar y para encontrar. 
Pessoa, Coetzee, Enrique Vila-Matas, Cortázar, Christian Bobin, Clarice Lispector, John Berger, Eduardo Galeano, Bohumil Hrabal...

«Lo que ha propiciado el libre acceso a la cultura es la falsa idea de que el disfrute del trabajo creativo es gratuito.» 

Hace unos años, en 2006, asegurabas en una entrevista con El País que «para muchos el ilustrador es un señor que rellena huecos». Con todo, da la sensación de que en los últimos años el libro ilustrado ha experimentado un auge particular, en especial con las ediciones de clásicos re visitadas, y a menos a juzgar por lo que puede verse en las mesas de novedades. ¿Hemos mejorado en ese aspecto?

En estos años se ha mejorado la percepción social de la profesión, pero esta mejoría es matizable; que la presencia en librerías del libro ilustrado se haya consolidando y ocupado un lugar específico dentro de la industria editorial, a pesar de ser un género todavía muy minoritario y desarrollado fundamentalmente por editoriales independientes, no quiere decir que la profesión de ilustrador sea entendida en su complejidad y envergadura, ni mucho menos que se haya dignificado desde el punto de vista laboral.

La situación económica general y las nuevas tecnologías están planteando inte- rrogantes en todos los sectores de la creación. ¿A qué retos le planta cara el diseño y la ilustración en nuestro tiempo?, ¿cómo estás viviendo esos cambios en tu trayectoria?

El reto fundamental es el de la supervivencia, la supervivencia no del lenguaje gráfico, que está asegurado más allá de los distintos soportes (analógicos o digitales) sobre los que construya su discurso, si no la supervivencia de la profesión. Cuando uso el término profesión, me refiero a la posibilidad de hacer de esta expresión una forma de vida en términos económicos. Lo que ha propiciado el libre acceso a la cultura es la falsa idea de que el disfrute del trabajo creativo es gratuito. De esta manera lo único que se consigue es la consolidación del amateurismo como única salida para la creación.
Por otro lado la tecnología varía los soportes pero no los discursos. Lógicamente hay que hacer un esfuerzo para estar al día y participar de la contemporaneidad digital, pero hay que luchar por mantener la validez de un discurso gráfico soportado sobre la funcionalidad y el valor de las ideas.


Isidro Ferrer, por C. Anguila, de su web www.isidroferrer.com

¿Eres de la opinión de que las artes aplicadas se encuentran un peldaño por debajo de las bellas artes, o por el contrario el diseño gráfico, la publicidad... pueden cautivar y emocionar al espectador tanto o más que cualquier obra realizada en plena libertad, sin condicionamientos?

No me preocupan las jerarquías establecidas. No creo que la ilustración y el diseño (muchísimo menos la publicidad) pertenezca a las bellas artes. Tampoco creo en el “arte” con mayúsculas que discrimina a otras expresiones alternativas por el simple echo de no pertenecer a su mismo rango, en este sentido participo de la tesis que apunta Felix de Azua sobre el “acabamiento” del arte y de la cultura tal y como se ha conocido hasta ahora. 
Tanto el diseño y la ilustración como lenguajes singulares, establecen su capacidad de emoción en la intención, el tono y la validez de su discurso; la emoción no está sujeta a ninguna categoría.

«Soy un lector heterodoxo, leo por curiosidad, por devoción, por necesidad, para salir, para entrar, para documentarme, para buscar y para encontrar. Pessoa, Coetzee, Enrique Vila-Matas, Cortázar, Christian Bobin, Clarice Lispector, John Berger, Eduardo Galeano, Bohumil Hrabal...»

A juzgar por tu experiencia cabría pensar por un momento que te has apoderado de todos los éxitos habidos y por haber, aunque si has construido una trayectoria tan sóli- da sin duda habrá sido el resultado de ambición y trabajo. ¿Tus metas ahora? ¿En qué trabaja actualmente Isidro Ferrer?

No creo haberme apoderado de nada, ya que de nada soy dueño, tampoco creo ser ambicioso, nada deseo salvo vivir dignamente y con libertad de mi trabajo. Eso sí, mi trabajo me apasiona y más allá de concebirlo una profesión lo concibo como una forma de vida. Quizá sea esta implicación personal en cada uno de los procesos que entraña esta profesión la que a la larga ha consolidado una forma de hacer reconocida.
Mi meta es seguir disfrutando de las sorpresas que me regala esta profesión.
En estos momentos trabajo para la Fundación El Greco 2014 en la realización de una imagen para la comunicación del evento y en la realización de la gráfica de la programación infantil de Marsella Capital Cultural Europea 2013.

*Isidro Ferrer estará el viernes 21 en Cálamo. 

viernes, 14 de junio de 2013

Pepe Ribas: «Hemos vivido muchos años de espaldas a la realidad europea»


Pepe Ribas es un agitador inacabable. Por su haber pasa la gestación de la mítica revista Ajoblanco, además de varios libros maravillosos y otras tantas aventuras. Maestro de periodistas, ahora también ha revelado sus habilidades en el relato de ficción con Encuentro en Berlín (Destino), en donde convergen las historias del joven activista chileno Ernesto Usablaga y el cosaco ucraniano Maksim Kazantev.

***

Da la sensación de que la mayoría de autores españoles, cuando tienen que ponerse a buscar buenas historias con trasfondos sociales y políticos, prefieren quedarse en casa. Primero la guerra civil, luego la transición, ahora nuestra crisis. Tú en cambio has elegido Europa Central. ¿Seguimos adoleciendo de una cultura demasiado castiza? 

Tras siete años preparando Los 70 a destajo y más de 30 en Ajoblanco, decidí tomarme un descanso y fijar mi atención en otras áreas culturales que no fuesen la hispana. La ciudad elegida fue Berlín. Hemos vivido muchos años de espaldas a la realidad europea e investigué facetas poco conocidas del siglo XX. Por otra parte la literatura que más me apasionó de joven fue la rusa y en la actualidad la centroeuropea. Y por supuesto, en España nos miramos demasiado el ombligo y nos creemos únicos. Se habla mucho de los muertos de la guerra civil, que fue horrible, pero en Ucrania, el siglo XX se llevo a 22 millones de personas de forma violenta, más de la mitad de la población. Encuentro en Berlín ha sido para mi una aventura fascinante, que me ha abierto a la cultura germánica y a las eslavas. Todo lo que haga a partir de ahora estará muy influido por esta experiencia apasionante. Y escucho con satisfacción un comentario de algunos lectores: “Tras leer Encuentro en Berlín mi visión de Europa ha cambiado”.

«Una de los conocimientos que he extraído mientras preparaba Encuentro en Berlín es el espíritu de recuperación de la población alemana tras el horror hitleriano.»

En la entrevista que Antonio Baños publicó en Qué Leer desplegaste una opinión que no ha sido nada frecuente en estos años; allí señalabas que la responsabilidad del desastre era de todos, y además mostrabas tu desencanto con los indignados. Otra vez parece que el tiempo te está dando la razón, ahora que el fervor político general ha menguado. ¿Nos hemos acomodado al fin a la pobreza (material y moral)? ¿Al fin la ciudadanía ha resultado claramente derrotada? 

Una de los conocimientos que he extraído mientras preparaba Encuentro en Berlín es el espíritu de recuperación de la población alemana tras el horror hitleriano. Se pusieron a estudiar, a reconstruir las fábricas y a inventar bajo las ruinas de las ciudades y a la intemperie en pleno invierno, cuando por todas partes olía a cadáver calcinado. Para ser rico hay que ser valiente, crear tejido productivo y riqueza, y no quejarse. Uno no puede esperar a vivir de lo público, de la subvención, del turismo o de la queja sistemática. Por supuesto, los responsables de la burbuja inmobiliaria son todos los que han participado en ella, que han sido muchos. No sé si nos hemos acomodado a la pobreza, pero sin activismo, sin cultura crítica, sin creatividad, sin ciudadanos libres no existe ética ni futuro. Aquí se piensa demasiado en el hedonismo y en il dolce far niente. 



¿Qué te interesa de la literatura española contemporánea

Veo formulas gastadas, demasiado simples o excesivamente narcisistas y presuntuosas. Me ha interesado Vila Matas durante un tiempo y los nocillas durante otro. Últimamente he leído con verdadera pasión Intemperie de Jesús Carrasco y a Clara Usón, pero admito que en los últimos años lo que más he leído es la literatura centroeuropea que edita el Acantilado o Salamandra y también la joven literatura rusa, ucraniana o polaca. Sí me interesa la nueva poesía española, como por ejemplo la de Unai Velasco, Luna Miguel o Pedro Granados porque me dan pistas de por donde puede cabalgar el futuro. 


«Soy un hombre que agita y agita en busca de polémica y vitalidad. Aunque no publicara novelas, siempre he construido historias»
Dado que a ojos de los lectores de ficción casi podrías pasar por un objeto extraño recién llegado, dado que habitualmente se te asocia con el periodismo antes que con la novela, ¿estimas que es beneficioso o problemático carecer de vínculos con tradiciones literarias establecidas?, ¿te atrae algún debate que esté sucediendo actualmente en la crítica literaria? 

El debate de la posmodernidad es muy antiguo y quiebra el cerebro en mini fragmentos, cuando lo que a mi me interesa son los contextos desde los que construir puentes y enlaces. Soy un hombre que agita y agita en busca de polémica y vitalidad. Aunque no publicara novelas siempre he construido historias. Las tradiciones literarias suelen ayudarte al comienzo pero luego te encuadran y estancan. Yo fui, soy y seré un ser libre que no solo ha inventado una revista sin acomodarme en nada, sino que he inventado una forma de vida muy propia. 

Tu retrato de los 70 daba a entender que los problemas del momento produjeron una juventud deseosa por abrir los horizontes culturales y romper con las rigideces de entonces. Cuarenta años más tarde, la lucha es muy diferente por no decir prácticamente contraria (se reivindican trabajos estables, seguridad, casi un modo de vivir conservador)… ¿Cuál de los dos momentos te parecen más apasionantes? 

Desde y para la juventud, los años setenta sin duda por lo libres que pudimos ser al quebrar los hábitos de la carcundia. Libres y sin necesidad de copiar porque inventábamos espontáneamente todo el tiempo. Ahora no te dejan inventar nada, solo puedes tantear y copiar o reproducir conductas. Desde la madurez los tiempos actuales muestran a las claras lo que pronosticamos desde 1978, que es cuando en España se quebró el proceso que debía llevarnos a una democracia adulta. Se acabaron los sueños bien pronto y llego el Dios dinero con los bancos como nuevos templos de culto en sustitución de las catedrales. Y sin defensas educacionales que nos ayudasen a tomar cierta distancia con esa realidad titánica.

En varias ocasiones has opinado muy favorablemente sobre la ciudad de Berlín, que además se está convirtiendo en uno de los centros de emigración de la juventud española. Sin embargo Berlín es la capital de un país que no goza de ninguna buena fama entre los países del sur de Europa. ¿Es posible entender Berlín sin Alemania, o será que los ciudadanos no tienen que ver con sus gobernantes? 

En Berlín se respira libertad, experimentación y civismo. Es una ciudad muy boscosa, sin polución de ningún tipo; una ciudad serena, barata, con un mercadeo escaso y mucho trueque. Los políticos de allí están al servicio de la gente y no se notan. Jamás me he cruzado con ninguno ni he visto que presidieran los conciertos o espectáculos a los que he asistido. Y los bancos a los que debemos el dinero de nuestros excesos no son alemanes, son capitalismo financiero internacional puro y duro. 

*Pepe Ribas estará en Cálamo el próximo martes 18 hablando de Encuentro en Berlín.