sábado, 31 de mayo de 2014

El tratado sobre el tabaco de Holmes, el libro infinito de Borges o una biblioteca compuesta por libros soñados: los libros imaginarios de la literatura.

La literatura está poblada por innumerables novelas, tratados, poemas y extraños libros imaginarios. 
De esa infinita, inaprehensible biblioteca universal, hemos seleccionado algunos para compartir con vosotros las ganas de, alguna vez, poder leerlos.

Las obras completas de Sherlock Holmes

Manual práctico de la cultura de las abejas, por Sherlock Holmes

Además de ser un detective de una inteligencia casi sobrenatural, Holmes era también el autor de diversos tratados y ensayos sobre temas y disciplinas de lo más inesperadas. Entre los libros de su autoría que asoman entre sus aventuras e investigaciones se encuentran dos muchísima utilidad a la hora de investigar un crimen: Monografía sobre la distinción de cenizas de varias clases de tabacos Monografía sobre las variaciones de la oreja humana. ¿A quién no le encantaría conocer los vastísimos conocimientos de Holmes sobre las orejas y las huellas del tabaco?
Aquí puedes consultar las obras completas de Sherlock Holmes.

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Los libros soñados de la biblioteca de Sandman


Una viñeta de Sandman

En la saga de cómics del rey de los sueños, Sandman, Neil Gaiman (autor de novelas y de un clásico infantil, Coraline) imaginó a un bibliotecario llamado Lucien. Por supuesto, su biblioteca era extraordinaria: la biblioteca de Sandman incluye todos los libros que alguna vez alguien soñó con escribir. ¿Algunos títulos?: El romántico thriller de espías superventas que solía imaginar en el autobús y que vendería un billón de ejemplares y no tendría que trabajar nunca más, de un autor anónimo, o El hombre que fue octubre, de G.K. Chesterton

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El libro infinito de Borges


El autor de Ficciones no dejó nunca de imaginar libros que nunca fueron escritos: desde El Quijote escrito por Pierre Menard hasta una enciclopedia total de un planeta imaginario: Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Sin embargo, el más fascinante de ellos es El libro de arena, un volumen de infnitas páginas que no tiene, literalmente, ni principio ni final.

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El Necronomicón de H.P. Lovecraft.



Sólo de los más famosos escritores del género del terror, Lovecraft, podía imaginar un libro de saberes antiguos y mágicos cuya lectura producía la locura y la muerte: El Necronomicón. El autor de relatos como La habitación cerrada llegó a detallar las partes de El Necronomicón y a citarlo en sus relatos, con frases como esta: 

«Que no está muerto lo que yace eternamente, y con los eones extraños incluso la muerte puede morir»
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El catálogo imaginario de John Donne




El poeta inglés John Donne demostró con su Catalogus Librorum aulicorum incomparabilium et non vendibilium que ya en el 1600 la literatura real producía literatura imaginaria. Entre los 34 títulos inexistentes que Donne propone en su catálogo se encuentran títulos como Pitágoras judeocristiano prueba que los números 99 y 66 son idénticos si se da la vuelta a la hoja Quitando la partícula no de los Diez Mandamientos y uniéndola al Santo Credo de los Apóstoles.


domingo, 25 de mayo de 2014

Jorge Franco, premio Alfaguara de Novela, y Luis García Montero: dos visitas estelares para despedir el mes en Cálamo


En un año tan importante para Alfaguara, en el que la editorial cumple sus 50 años de un trayectoria editorial, es un gusto para Cálamo recibir a dos de sus grandes escritores en la misma semana.



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Miércoles 28: Jorge Franco, premio Alfaguara de Novela 2014 con El mundo de afuera, firmará ejemplares.

«Es la historia de una niña que vive en un castillo. Y de un doble amor obsesivo: el de un padre que vive de manera anacrónica y la sobreprotege, y la de un adolescente pobre que se enamora de ella que luego se convierte en bandido y asaltador de bancos y quiere rescatarla de su encierro. Hasta que secuestra al padre. Pero también es la época en que Medellín empezaba a descomponerse. Los días previos a la tragedia que vendría con la violencia y el narcotráfico. La pérdida de esa ciudad idílica de mi infancia al comienzo de los setenta y que con este hecho se fractura y empieza a cambiar todo.» Así comenta su novela Jorge Franco, en una entrevista telefónica con El País.

El mundo de afuera, Premio Alfaguara de Novela

Un tenebroso cuento de hadas, la desquiciada historia de un secuestro y una novela que transcurre en una Medellín transformada y poblada de extraños personajes: un germanófilo, una princesa Isolda encerrada en un castillo que es la copia del de La Rochefoucauld o fantásticos conejos que tejen peinados en el bosque. Con El mundo de afuera Jorge Franco ha sido galardonado con el Premio Alfaguara de Novela. En una edición con una cifra récord de manuscritos recibidos y un juardo compuesto por Sergio Vila-Sanjuán, Ignacio Martínez de Pisón, Nelleke Geel, Ana Cañellas (Librería Cálamo) y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), la novela del colombiano ha sido la triunfadora.

El miércoles 28 de mayo a las 20 horas Jorge Franco firmará ejemplares y se encontrará con sus lectores en Cálamo. ¡Te esperamos!

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Jueves 29: Luís García Montero presenta Alguien dice tu nombre acompañado de Manuel Vilas. 

Alguien dice tu nombre, de Luis García Montero

«Todo cambia, pero nos quedan los recuerdos. Se levantarán edificios, se asfaltarán los arrabales, se urbanizarán los descampados, pero tú recordarás siempre la geografía de este verano. La realidad es una alegoría para la memoria. Todo lo que nos afecta permanece en nosotros, aunque se pierda en el tiempo.»

Este jueves llega a Cálamo Luis García Montero. Nos trae bajo el brazo su última novela, Alguien dice tu nombre, para presentarla en una conversación con Manuel Vilas. 
Un estudiante de Filosofía y Letras en el verano granadino de 1963 es el punto de partida para una novela que contiene reflexión, poesía, nostalgia y literatura. 


«Tono sostenido, poderosa nostalgia, emoción delicada que no alza la voz, poesía escueta, ceñida...»
Octavio Paz

«Parece capaz de contarnos, y de qué manera, lo que habíamos olvidado que sabíamos de nosotros mismos. Luis sirve para hacer afición, para volver a la plaza porque torea José Tomás, para acercarse a las librerías porque ha salido un nuevo libro suyo.»
Joaquín Sabina

Será una semana intensa en Cálamo. Por eso tenemos tantas ganas de compartirla con vosotros, ¡os esperamos!





domingo, 18 de mayo de 2014

Cinco razones por las que no puedes perderte la presentación de Crónica y mirada. Aproximación al periodismo narrativo.




El próximo martes 20 de mayo llega a Cálamo la presentación de un libro imprescindible para aproximarse al periodismo narrativo, a la no-ficción y al género de la crónica: Crónica y mirada. Aproximaciones al periodismo narrativo. (Libros del K.O.). Una antología de ensayos sobre la crónica y una selección representativa del género que incluye a autores consagrados como Martín Caparrós o Leila Guerrero.

Estamos seguros de estar ante un libro esencial para introducirse en el género, y ofrecemos una lista de razones para convencerte de que vengas el martes 20 a Cálamo y lo veas por ti mismo.


1. Periodismo subjetivo, una defensa.

Desde el prefacio firmado por la editora María Angulo, el libro introduce como valor esencial de la crónica la explicitación de la mirada subjetiva: «Sabemos que no hay otra mirada que la mirada consciente y que no puede dejar de ser subjetiva. Y seguimos, sin embargo, rasgándonos las vestiduras cuando emergen los términos 'subjetivo' y 'sujeto' en Periodística.»
A través de ensayos como el de Leticia García Rojo, sobre el Nuevo Periodismo y las voces femeninas de escritoras como Joan Didion, o el ensayo de Roberto Herrscher, donde se comentan obras de nuevos-nuevos periodistas, como Charles Bowden o Ted Conover, Crónica y mirada amplía, ejemplifica y vuelve clara la noción de subjetivismo como punto esencial y determinante de la importancia de la crónica en el periodismo.

2. Realidades extremas, realidad cotidiana. Un fragmento de la entrevista a Martín Caparrós.

Otro de los defendidos en Crónica y mirada es el testimonio mínimo pero definitivo de las voces cotidianas, de la sinécdoque que reside en la entrevista al protagonista desconocido, al extra que no sale en las conferencias de prensa o en la portada de los periódicos.
El ensayo «Matar una mariposa». El realismo intransigente de Martín Caparrós contiene fragmentos de una entrevista al autor de El interior donde se refleja de manera exacta el valor que puede tener una conversación casual en la comunicación de una experiencia. Afirma Caparrós que su proyecto sobre el tema del hambre:
Creo que este proyecto empezó acá. Fue hace unos años, un día, en uno de esos pueblos, sentado con Aisha sobre una alfombra de mimbre delante de la puerta de su choza, cuando ella me contaba sobre la bola de harina de mijo que  comía todos los días de su vida y yo le pregunté si realmente comía esa bola de mijo todos los días de su vida y tuvimos un choque cultural:
—Bueno, todos los días que puedo, sí. A veces no tenemos.
No sé si esto necesita explicación, quizás así leído no se entiende bien. Yo le pregunté si realmente comía la misma comida todos los días y ella entendió si realmente comía todos los días. Para mí lo raro, lo que merecía pregunta, era que, como una persona que come, cómo es que come lo mismo todos los días de su vida.
Martín Caparrós. Fotografía de Esther Vargas

3. Carrión. La crónica y las teleseries.


Tratándose de un libro sobre el género de la crónica, no podría faltar la palabra de Jorge Carrión. Su ensayo en Crónica y mirada se titula El fin del periodismo está siendo televisado. Un ensayo que sólo el autor de Teleshakespeare y Australia, un viaje podía forjar: en él, Carrión analizar y diseccionar el cambio que el periodismo ha sufrido y sufre con la atomización de las fuentes de información en la red a través de una comparación con la representación del periodismo en series como Deadwood, American Horror Story o Sons of Anarchy.


4. Un análisis muy actual de los nuevos medios digitales.

Desde publicaciones digitales como, Anfibia o publicaciones digitales que saltan al papel, como Jotdown hasta revistas en papel como la revolucionaria Orsai y su sistema de venta y distribución sin intermediarios, Crónica y mirada dedica un ensayo a los nuevos formatos y las nuevas plataformas donde la crónica encuentra un lugar donde cambiar y adaptarse.


5. Crónicas, crónicas, crónicas.
Como última razón para invitaros a la presentación de Crónica y mirada, a la lectura del libro y a la curiosidad e interés sobre el género, qué mejor que la selección de crónicas que incluye el libro para mostrar la versatilidad y alcance del periodismo narrativo: Un fragmento de la larga crónica El interior, de Martín Caparrós, «Escape de Disney World», de Juan Villoro o un perfil de Nicaron Parra, «Buscando a Nicanor», de Leila Guerrero.

Si aún hay dudas, si os quedan muchas preguntas sobre la crónica o el periodismo narrativo, os esperamos a todos el martes 20 de mayo a las 20 horas. Contaremos con la presencia de varios autores y del editor. ¡Hasta entonces!

martes, 6 de mayo de 2014

«No sé cómo habría seguido escribiendo de haberme quedado en mí país. Casi todo lo escribí en el extranjero». Entrevista a Sergio Chejfec, autor de Modo Linterna.

Este viernes nos visita en Cálamo uno de los escritores contemporáneos más singulares: Sergio Chejfec. El escritor argentino presentará su último libro, la colección de relatos Modo linterna, publicado por Editorial Candaya. Nueve relatos precisos, elegantes, habitados por vecinos invisibles, tumbas de escritores y la amable y cadenciosa prosa de Chejfec.
Sabiendo todo esto, no podemos esperar hasta el viernes para preguntarle al autor de La experiencia dramática sobre el proceso de su escritura, sobre el relato como género y muchas otras cosas. Con todos vosotros, Sergio Chejfec:

Sergio  Chejfec. Fotografía de Francesc Fernández

Hay un estilo reconocible en toda tu prosa, común al cuento y a la novela. En una época en la que para muchos el relato corto está en peligro, ¿qué herramientas te da el cuento y que la novela no tiene? 

No estoy seguro de que el relato corto esté en peligro. Más bien un tipo de relato corto ha dejado de funcionar, aparentemente. El tipo de relato conclusivo, que se apoya en el desenlace y cuyo sentido apunta a ser fácilmente asimilable. 
No distingo entre novela y cuento; tiendo a pensar en las narraciones como relatos que pueden ser más extensos, como novelas, o menos, como cuentos. Para mí la diferencia está en el desarrollo. Es por eso que tomo mis “cuentos” como novelas que no se han desarrollado, y mis novelas como “cuentos” desarrollados. Me refiero al desarrollo de las acciones, pero sobre a un tipo de navegación narrativa vinculada con el sentido.

Iluminar detalles, reflexionar espaciosamente sobre una acción a veces escasa, y dejar el resto a oscuras. ¿Es ese el modo linterna con que abordas los relatos? ¿Hay en ese título una pista al lector? 

A veces los títulos esconden las intenciones más altisonantes de los escritores. Si uno se fija bien, todo título bordea una impostura. ¿Cabe en la cabeza titular “Crimen y castigo”? ¿"Ulises"? ¿"El proceso"? ¿"Cien años de soledad"? En un punto, el título siempre esconde algo más ambicioso que el propio texto. Es emblema y propósito al mismo tiempo. “Modo linterna” no está libre de esa fatalidad. Me gustaba pensarlo como metáfora de una literatura que se mueve por ráfagas de luz, que ilumina zonas de lo real a medida que va dejando cosas a oscuras. Y que precisa alimentarse de áreas oscuras para “iluminar”. Entiendo la narración en general como un artefacto que muestra y esconde en un mismo movimiento. 

Una prosa cadenciosa y un enfoque pausado, calmo, en detalles, en espacios de la realidad que a menudo, como los pueblos descritos en Donaldson Park, a veces pasan desapercibidos. ¿Estamos ante relatos que cercanos al género ensayístico? ¿Se reflexiona mejor, con más libertad, desde la ficción?

Para mí el relato está vinculado a varios géneros, no sólo a una idea de peripecia en progreso constante. Estas narraciones tienen, sin ser nada concreto en particular, un poco de crónicas, de ensayo, de testimonio, de novela, etc. La ficción, en mi opinión, no es un principio; es más bien un sentido. Un sentido que sirve para tramar metáforas más o menos ensayísticas sobre el mundo.

¿Cuál es el proceso de germinación de un relato de Sergio Chejfec? ¿El cuento nace de una voz narrativa, de una idea, de un hecho…?

De varias cosas. A veces son los títulos. Se me ocurre una frase o una imagen en la que veo algo así como un potencial de desarrollo narrativo. No para que una acción progrese, sino para puedan bordearse los sentidos eventuales que esa frase o imagen llegan a disparar. O también puede ser una escena medio teatral, algo así como una célula de desarrollo escénico donde veo algo medio larval, una cosa capaz de orientarse en muchas direcciones. Y otras veces son cosas vinculadas con mi propia experiencia; sería el trabajo más de crónica o testimonial, que a veces me gusta someter a una especie de control conceptual y alrededor de cuyo “control” se trama el relato.



Tu vida ha transcurrido entre su Argentina natal, Venezuela, y Estados Unidos. ¿Cómo es la experiencia de vivir entre tantos idiomas, acentos y tradiciones literarias, en relación con la tarea de escritor?

No sé cómo habría seguido escribiendo de haberme quedado en mí país. Pero creo que fue positivo. Casi todo lo escribí en el extranjero, y de hecho una vez que me fui encontré la sintonía física adecuada a mi sensación de distancia respecto de mi propia comunidad. Uno se acostumbra a ser foráneo, tanto que terminas naturalizándolo. Tanto, a su vez, que termina pareciéndote una condición de posibilidad de tu literatura. Al mismo tiempo, la compresión del tiempo y de la distancia hace que ahora el desfasaje sea más inconcreto: estamos muy conectados, todo parece que ocurriera a un paso de donde estamos. Eso le da una dimensión más abstracta a la lejanía cuando vives en el extranjero, porque paradójicamente es ahora física en el sentido más lato de la palabra.  

En alguna entrevista, ante la comparación de tu obra con la de Juan José Saer, te refieres a él como “un gran escritor”. Con la muerte de García Márquez, ¿qué grandes escritores latinoamericanos quedan? 

Depende del lugar desde dónde se haga la pregunta y se conteste. Desde un punto de vista editorial, es probable que no queden. Pero en casi ninguna lengua o país o región quedan. Porque quienes podrían ser considerados “grandes” sus obras atentan contra esa noción de “gran obra” que alimentó el siglo XX como una rémora del XIX. Pero desde otro punto de vista, creo que sí hay muy grandes escritores latinoamericanos y son muchos de mis contemporáneos.

¿Qué escritores, obras o tradiciones han influido en el estilo tan personal de tu pluma?

En general, creo que me ha influido la tradición de la literatura que desconfía de lo que ella misma dice. 

Y para acabar, una pregunta de libreros. ¿Qué libros has leído últimamente? ¿Cuáles recomendarías?

No sé si soy muy  buen recomendador, pero cuando me preguntan hablo muy calurosamente de Victoria De Stefano, Juan Cárdenas, Hernán Ronsino, narradores; y de Igor Barreto Mercedes Roffé, Arturo Carrera, poetas.