Mostrando entradas con la etiqueta Isaac Rosa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Isaac Rosa. Mostrar todas las entradas

miércoles, 19 de febrero de 2014

Celebración, cena, libros y fiesta: llega la entrega de los Premios Cálamo 2013.

No queremos cambiar el calendario gregoriano, aunque ganas y motivos tenemos: el próximo viernes 21 es el día de los Premios Cálamo.

Isaac Rosa (Premio Cálamo Libro del Año 2013 por La habitación oscuraEditorial Seix Barral), Marta Sanz (Premio Cálamo Otra Mirada 2013 por Daniela Astor y la caja negra, Editorial Anagrama) y El Roto (Premio Cálamo Extraordinario 2013 por Oh, la l’art, Libros del Zorro Rojo ) visitan Zaragoza para recogerlos.


A las 19 horas en el Teatro Principal de Zaragoza los autores premiados hablarán sobre su obra en diálogo con José Luis Cano, Sergio del Molino y Concha Montserrat. La entrada es libre y gratuita hasta completar aforo. Un evento que no deberías de perderte: esperamos -y agradeceremos- tu presencia.

La cena de entrega de los Premios Cálamo se celebrará también en el Teatro Principal de Zaragoza. Una fiesta divertida y desenfadada pero llena de “sustancia” para la que aún quedan plazas. Si quieres asistir reserva tus entradas llamándonos al 976 557 318 o pasando por la librería.


Marta Sanz, Isaac Rosa y El Roto. Ganadores de los Premios Cálamo 2013
Los Premios Cálamo son organizados por Librería Cálamo con el apoyo y patrocinio de las siguientes instituciones públicas y privadas: Ayuntamiento de Zaragoza, Teatro Principal de Zaragoza, Universidad de Zaragoza, Institut Français de España en Zaragoza, Sansueña Industrias Gráficas, Bodegas y Viñedos Care, Vinatería el Rincón del Arpa, Teatro Arbolé, Teatro de la Estación, Balneario Sicilia, Spectrum Sotos e Isidro Ferrer.

La XIII edición de los Premios Cálamo ha contado con la colaboración de las librerías hermanas Llibrería Altaïr (Barcelona), Librería Cámara (Bilbao), Librería Luces (Málaga) y Librería El Puente (Arrecife-Lanzarote).

Os esperamos a todos.

miércoles, 15 de enero de 2014

Y los ganadores de los XIII Premios Cálamo, edición 2013, son...

Ha llegado el momento. Ya tenemos a los ganadores de los XIII Premios Cálamo. Por primera vez, se podía votar en nuestra librería así como en muchas otras amigas: Librería Cámara (Bilbao), Librería Luces (Málaga), Librería El Puente (Arrecife-Lanzarote) y Librería Altaïr (Barcelona). A todos ellos, infinitas gracias.
Muchos votos, debates, opiniones. Ha sido genial tener a todos los nominados en la misma mesa, junto a las papeletas de votación. Muchas gracias a todos los lectores que votaron y, también, a los autores nominados y a sus editoriales.
La fiesta de entrega de los XIII Premios Cálamo se celebrará el viernes 21 de febrero de 2014 en el Teatro Principal de Zaragoza.
Previamente los autores premiados realizarán una lectura pública de su obra a las 19 horas del mismo día en el Teatro Principal de Zaragoza. Entrada libre hasta completar aforo.


Muy bien. Sin más preámbulos, los ganadores son:

Libro del año 2013

El Premio Cálamo “Libro del año 2013”, elegido por votación de los lectores,  se concede a La habitación oscura, obra de Isaac Rosa publicada por Editorial Seix Barral.



La habitación oscura puede leerse como un retrato generacional, como un complejo juego literario o como una crítica radical a la modernidad. Puede leerse de muchas maneras, pero siempre con la admiración que solo despierta la auténtica literatura, aquella que no rehúye ni el riesgo ni el compromiso. No es un libro fácil, ni quiere serlo. Sí es un libro importante.

Isaac Rosa es sevillano y vive en Madrid. Nació en 1974: hace ya un rato que abandonó la etiqueta de joven escritor con futuro. Ha escrito seis novelas (de las que nos permitimos destacar El vano ayer y La mano invisible), algunos libros de relatos, una obra teatral, un ensayo e infinidad de artículos periodísticos. Ha sido galardonado con los premios Rómulo Gallegos, Ojo Crítico y Andalucía de la Crítica.  Es miembro del colectivo de reflexión Qué hacemos. Alto, enjuto y ligeramente barbudo. Los ojos tiernos de los que piensan demasiado y ven claro. Le gusta hablar y – milagro- también escuchar. Tiene un aire entre Bécquer y voluntario de las Brigadas Internacionales. Se hace querer.

Otra Mirada 2013

El Premio Cálamo “Otra Mirada 2013”  se otorga a Daniela Astor y la caja negra, obra de Marta Sanz publicada por Editorial Anagrama.



Sin contemplaciones y con el gran estilo que la caracteriza, Marta Sanz reconstruye la historia inmediata de la Transición a través de la mirada de dos niñas, de dos mujeres: Catalina y Angélica. Su mirada es otra, la de las mujeres que cambian en tiempos de cambio, que enfrentan el mundo rompiendo con los límites que les fueron impuestos. 

Madrileña del 67, Marta Sanz es doctora en Filología, ejerce la enseñanza y no para de escribir novelas, poemas y artículos de prensa. Su obra ha sido reconocida con premios como el Ojo Crítico o el Tigre Juan, y ha sido finalista en los Nadal y Anagrama. Sus novelas Black, Black, Black y Un buen detective no se casa jamás, concitaron el fervor de la crítica y de los lectores. Pequeña, pizpireta, en permanente agitación física y mental. Siempre parece ir dos pasos por delante. Detesta la autoridad y reclama el derecho a la protesta. La ejerce. Su mirada es diferente: Otra Mirada.88

Extraordinario 2013

El Premio Cálamo “Extraordinario 2013” se concede al libro Oh, la l’art!, obra de El Roto publicada por Libros del Zorro Rojo.



Oh, la l’art! es pura dinamita visual e intelectual. Como Gary Cooper en Solo ante el peligro, Andrés Rábago alias “El Roto” no huye y se enfrenta con valor al hecho y desecho del arte contemporáneo. Críticos, artistas, público, galerías, mecenas, inversores...para todos hay. Sus viñetas tienen la marca de la casa, de “su” casa”: profundidad, ironía, dobles y triples sentidos. Destilan sabiduría. 

Andrés Rábago (Madrid, 1947) es pintor, dibujante y “periodista visual”. Premio Nacional de Ilustración 2012 por el conjunto de su obra. Como pintor ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas.  En la dictadura franquista,  bajo el seudónimo de OPS, trabajó en Hermano Lobo, La Codorniz, Triunfo, etc. Con la democracia se convirtió en El Roto: su viñeta en el diario El País es lo que primero muchos “leemos” al punto de la mañana. Al preguntarle si era “realista” o “pesimista” nos respondió con genial brevedad: “La sátira se suele ocupar de los quebrantos, no de los éxitos, eso pertenece a otra sección del periódico.” Su voz es tranquila y amable, propia del que atesora mucha vida. En las fotos parece tan tímido como inteligente: podría pasar por un científico brillante. Seguro que lo es.

sábado, 11 de enero de 2014

Elena Ramírez, directora editorial de Seix Barral: «La recomendación y guía del librero es más necesaria de lo que ha sido nunca.»

Entre los nominados a los XIII Premios Cálamo figuran dos obras de Seix Barral: Intemperie, de Jesús Carrasco y La habitación oscura, de Isaac Rosa. En el blog hemos podido conversar con ambos durante este año y contar con su presencia en la librería.
Hoy tenemos la oportunidad de conversar con Elena Ramírez, la directora editorial de Seix Barral y ahora también Directora de Ficción Internacional del Grupo Planeta. Su labor como editora ha significado no sólo el descubrimiento y la apuesta por voces nacionales sino también un cambio de identidad y una recuperación del sentido del sello en sus años fundacionales.

Elena Ramirez. ©Marc Arias
Intemperie, de Jesús Carrasco: un debut literario en un sello centenario y de mucho peso en el mercado editorial.  Fue un éxito rotundo en la feria de Frankfurt –venta a 13 países- y lleva ya numerosas ediciones. Ha sido nombrado ‘libro del año’ por algunos medios y por los libreros de Madrid. Al mismo tiempo,  ha sido un éxito de ventas. ¿Cuál es tu lectura como directora de una editorial que hace posible este fenómeno?

Es muy positiva. Descubrir, publicar, difundir una primera novela de calidad y que el trabajo realizado tanto del escritor como de la editorial se vean refrendados por lectores, libreros y críticos es lo más gratificante de esta profesión. Me siento feliz y orgullosa.

Intemperie, una novela debut, y La habitación oscura, obra de un autor precedido de premios y de obras como El vano ayer. ¿Cómo ha sido el proceso de gestación de los dos proyectos nominados a los Premios Cálamo?

El de Intemperie es un proceso de años de trabajo de Jesús en solitario. Paciencia, pulido, medida de sus posibilidades, paciencia, tiempo, pulido, paciencia, pulido y auto exigencia máxima.  El de La habitación oscura es diferente. El libro sale de una idea, y a diferencia de los demás libros de Isaac no surge de una idea social o política elaborada, sino de una epifanía temática, esa habitación oscura. Su buenísimo hacer narrativo ha hecho el resto, dotarlo del sentido crítico, social y político que tiene el resto de su obra y convertirlo en una novela apasionante.


¿Existe más riesgo en publicar operas primas que en editar, por ejemplo, traducciones de libros que ya han sido éxito en el mercado de su idioma original? Y en el reverso de esa pregunta, ¿existen fórmulas infalibles?

Jaja. Si existieran fórmulas infalibles habría mucho autor, librero y editor muy afortunado. No, no las hay. Ambas cosas tienen su riesgo, pero este no se mide sólo en función del tipo de texto, sino del anticipo invertido en su compra, en la inversión en el lanzamiento, etc...

¿Cómo definirías el valor intangible, de identidad, de catálago, de tradición y actualidad que aporta Seix Barral a las obras del sello? ¿Qué cambios ves y has visto en ese valor y en esa identidad desde que entraste en la editorial, hace ya más de una década?

Creo que Seix Barral es una referencia para un público letraherido desde luego y también para el lector más o menos habitual que busca libros de calidad. A lo largo de estos últimos años Seix Barral ha cobrado fuerza en esa labor de prescripción y recuperando el sentido inicial del sello, su identidad, y apostando, en esta línea, por voces nuevas de enorme talento y futuro.

Intemperie y La habitación oscura. Nominados a los XIII Premios Cálamo.

Ya sea desde la docencia, el trabajo junto a becarios o el asesoramiento puntual: ¿Qué tipo de relación tienes con nuevos o futuros editores?

Toda la que puedo, ya sea en el entorno laboral que describes (becarios, asistentes, editores junior) ya sea a través del máster de edición de la Pompeu en el que doy clase. Me gusta, especialmente, la labor de los nuevos editores independientes. Hay de todo, como en botica, pero hay algunos buenísimos.

¿Cómo ves el papel de las librerías en el proceso de construcción de la identidad de un libro en el circuito editorial? [Venta, promoción, eventos…]

¡Esencial! La recomendación y guía del librero es más necesaria de lo que ha sido nunca. La oferta es enorme, y las fuentes de información ilimitadas vía internet. No hay filtros para la prescripción. 
«Hay infinidad de casos en los que los libreros habéis cambiado la vida de un libro, ejemplar a ejemplar, a pulso. Y de forma definitiva.»
Pregunta obligada a los editores: ¿tus libros del año?

El de Marta Sanz y el de Eloy Tizón… entre los españoles, ay, pero no sólo. Zadie Smith, maravillosa, Munro, ay…

Y ahora un interés muy propio de nosotros, libreros: ¿Novedades en el catálogo de Seix Barral? ¿Nuevas apuestas de autores nacionales para el 2014? ¿Alguna primicia?

Partimos con un disparo en el corazón de Ricardo Menéndez Salmón en Niños en el tiempo, después con una novela hipnótica, rara y maravillosa de Mario Cuenca Sandoval, Los hemisferios; luego vienen La mujer loca, nueva novela del mejor Millás; La buena reputación, el libro más grande en todos los sentidos de Ignacio Martínez de Pisón, no se puede salir de él, o Kassel no invita a la lógica de Enrique Vila Matas. Y una sorpresa, Londres después de medianoche, una joya para amantes de la literatura y el cine de un joven autor mexicano que va a ser publicado en medio mundo, llamado Augusto Cruz. ¡Sí, un programón!



lunes, 14 de octubre de 2013

«Lo fundamental era alcanzar una escritura que hiciese sentir a oscuras al lector». Entrevista a Isaac Rosa, autor de La habitación oscura

Isaac Rosa (Sevilla, 1974) es un narrador que construye con su prosa obras que van más allá de lo puramente estético, lo puramente narrativo. Hay detrás una reflexión y una invitación a la reflexión. Quien haya leído El vano ayer (Seix Barral, 2004) o su última novela, La habitación oscura, sabrá de qué hablamos. Si en la primera el autor experimentaba con la ficción histórica, en La habitación oscura los hechos se entrecruzan con la realidad más radicalmente actual –crisis, explosión tecnológica, alienación– y vuelven del todo imposible para el lector salir de la novela ileso. Como anticipo de su visita el próximo jueves 17 de Octubre en Cálamo, conversamos con Isaac Rosa sobre su último libro.

Isaac Rosa. 

Comencemos por los aspectos estéticos de La habitación oscura.  Una de las cosas que suelen decirse de El corazón de las tinieblas, de Conrad, es que su traducción es difícil porque el inglés tiene muchas más palabras para matizar los distintos tipos de iluminación y oscuridad, y Conrad prácticamente agota el idioma en ese sentido. ¿Fue un desafío para ti escribir esta novela donde la mayor parte de la acción –descrita siempre con enorme precisión–  tiene lugar a oscuras?

Isaac Rosa: Sí, fue un desafío, y todavía me parece milagroso que haya conseguido salir vivo de la habitación oscura. Lo fácil era perderse en ella, enredarse en la potencia literaria de la oscuridad, y yo mismo tropecé varias veces mientras escribía, deambulé a ciegas por ella y tardé en encontrar la voz desde donde contarla y el ritmo que buscaba. Lo fundamental era alcanzar una escritura que hiciese sentir a oscuras al lector, ya que éste entra en la habitación desde la primera página, y no sale hasta la última. La mayor parte de las decisiones formales en la novela apuntaban en la misma dirección: reproducir un discurso “a oscuras”, trasladar a la página el tipo de pensamiento que uno tiene cuando pasa mucho tiempo a oscuras y en silencio: un pensamiento embarullado, irresistible, desbocado, confuso, a veces acelerado, otras muy lento hasta congelar el tiempo, que no respeta cronologías, que avanza y retrocede. Y lleno de imágenes, porque por paradójico que parezca, la oscuridad está siempre llena de imágenes, que incluso se ven con más claridad que cuando la luz nos deslumbra. Es cierto que el lenguaje era otro desafío: evitar la repetición de palabras pero sobre todo de figuras literarias, prolongar la sensación de oscuridad durante decenas de páginas sin ser redundante.

La habitación oscura que da título a la novela es un refugio de escape de la realidad para algunos personajes, y un punto de partida, de toma de consciencia y de lucha para otros. ¿Crees que en el acto de escribir, de hacer literatura, se presentan estas dos opciones: escapar o criticar? ¿Hay por tu parte, en el momento de crear La habitación oscura, algún tipo de decisión consciente en este sentido?

I.R.: La habitación de esta novela, que es en primer lugar un espacio físico, es también un lugar simbólico, y con fuerte carga metafórica. Representa un refugio, pero no solo eso: su oscuridad es una forma de no ver ni ser visto en un mundo de hipervisibilidad; y es además una posibilidad de salir del mundo entrando en ella, las categorías dentro-fuera se intercambian. Comparar la habitación oscura con la propia literatura no entraba en mis cálculos, pero reconozco que mi capacidad de elaborar metáforas se ha visto desbordada por esta habitación oscura, que no deja de sumar nuevas interpretaciones según entran los lectores. Dicho esto, comparto que existen esas dos opciones al escribir: escapar o criticar. Pero las fronteras entre ambas opciones no son claras ni impermeables.

La habitación oscura. Seix Barral, 2013.

Los personajes de la novela conforman un mosaico del que puede decirse con facilidad que “describe a una generación”. Sin embargo, el alcance de las historias y los quince años que abarca la novela amplían ese espectro. ¿Crees que sea posible que, como a Cortázar con Rayuela, hayas pensado en los problemas de una generación y hayas descrito también los de la siguiente? ¿La de los que ahora comienzan su vida laboral, su independencia?

I.R.: Lo de “novela generacional” siempre es algo conflictivo. Yo no tenía intención inicial de escribir algo así, y si lo hago no es con intención sociológica, sino personal, y esa clave generacional tiene una obvia explicación biográfica: desde el momento en que hablo de “mi crisis”, la forma en que percibo el tiempo que vivimos, lo hago desde una sensibilidad, un pasado y unas expectativas que son comunes a buena parte de quienes como yo nacieron en los setenta, quienes hoy llegamos a la edad adulta en medio de este derrumbe generalizado. Y sí, acabo llegando a un relato generacional, aunque no escrito para una generación determinada, sino desde ella. No sé si ese retrato es válido para quienes vienen después. Pienso que los nacidos en los ochenta, o no digamos ya los noventa, están en mejores condiciones que nosotros para enfrentar el presente, aunque a menudo nos parezca lo contrario. Ellos tienen (o deberían tener) menos miedo que nosotros, pues tienen menos que perder, no temen perder unos derechos, un bienestar y unas promesas que apenas han disfrutado o que ya habían desaparecido cuando ellos llegaron. Eso debería hacerlos más audaces que nosotros.
«Todavía me parece milagroso que haya conseguido salir vivo de la habitación oscura. Lo fácil era perderse en ella, enredarse en la potencia literaria de la oscuridad.»
Por último. Contra la idea de la oscuridad, del aislamiento total, ubicuas en la novela, se contrasta otra idea igualmente presente: la del panóptico, la de la observación total y constante de la intimidad a través de las nuevas tecnologías. ¿Hay un punto medio de comodidad, de conciliación, entre estos extremos? ¿Crees que es posible encontrar la convivencia de la intimidad y la explosión tecnológica?

I.R.: Esa es otra de las interpretaciones de la novela, lo comentaba antes: la oscuridad de la habitación frente a la hipervisibilidad en que vivimos, este tiempo en que somos observados y a la vez observadores sin descanso, siempre estamos viendo y siendo vistos. Como muchos, yo siento una creciente “fatiga de visibilidad”, me agota estar sometido a continuos estímulos visuales, tener que ver el mundo en tiempo real y a todas horas desde todas las pantallas. Y a la vez estar permanentemente a la vista, expuesto, desde la perversión del panóptico, donde tal como lo formuló Bentham, lo importante no es tanto que te vean, como que puedan hacerlo; no tanto que te observen, como que tú pienses que puedes ser observado. Es ya un lugar común remitirnos a Orwell y su 1984, pero así es: uno abre hoy su novela anticipatoria y se encuentra enseguida con la ‘telescreen’ que Orwell sitúa en todas las casas, que funciona a la vez como televisor y como cámara de videovigilancia permanente. No puedo dejar de pensar que tengo una perfecta ‘telescreen’ sobre mi mesa de trabajo, o ahora también en el bolsillo con los dispositivos móviles. No sé si es posible ya una convivencia entre intimidad y tecnología, la invasión de la segunda sobre la primera es apabullante, y como se dice en algún momento de la novela, la intimidad es ya un lujo, una forma de poder adquisitivo, al alcance de quienes pueden permitírselo. Por otro lado, tampoco parece importarnos demasiado, teniendo en cuenta las facilidades que nosotros mismos damos, y la normalidad con que aceptamos las revelaciones de Snowden sobre el espionaje generalizado, o la indiferencia que nos provoca algo de lo que hablo en mi novela: la extensión de las tecnologías de vigilancia al ámbito de las empresas, para controlar a los trabajadores.

 Isaac Rosa presentará La habitación oscura el próximo jueves 17 de Octubre en Librería Cálamo. ¡Continuamos ahí!

jueves, 5 de septiembre de 2013

6 recomendaciones para tener la mejor rentrée literaria

Septiembre trae siempre buenas noticias a los amantes de la buena literatura: las novedades de la rentrée alcanzan los lugares destacados de Cálamo con interesantes propuestas que hacen más llevadero el síndrome postvacacional. 
En la librería hemos seleccionado estas seis obras que, sin duda alguna, nos reportarán horas aprendizaje y entretenimiento. Autores jóvenes, clásicos, e incluso un ensayo sobre librerías, ¡las editoriales de referencia —y sus autores— arrancan en plena forma! 


Si tratamos de definir la trayectoria de Jorge Carrión nos exponemos a un problema complejo: es profesor universitario, periodista, escritor, ensayista...¿Podemos encasillarlo fácilmente?
Como el se define a veces, también podemos considerarle un interventor cultural; en definitiva, Jorge Carrión es un amante de las letras y la literatura y trabaja siempre en la búsqueda por encontrar todos los canales viables y llevar a cabo su pasión: escribir. De ahí el proyecto Librerías, flamante finalista del Premio Anagrama de Ensayo, en el que realizaremos un intenso viaje por las mayores y mejores librerías del mundo, así como por su historia y sus grandes curiosidades. ¿Cómo no íbamos a recomendar esta obra en Cálamo?

Librerías, de Jorge Carrión.



Isaac Rosa aparece de nuevo en Seix Barral con una novela capaz de abordar un tema de actualidad desde un ámbito brillante y creativo. Si bien la 'literatura de la crisis' es ya masiva y en algunos casos excesiva, Isaac refleja nuestro particular zeitgeist reflejándolo en una habitación que un grupo de jóvenes mantiene totalmente a oscuras y aislada del exterior. A lo largo de los años la habitación irá cobrando nuevos usos, en función de las necesidades, miedos e inquietudes de aquellos que la crearon. Rosa forja así una mirada literaria sobre la oscuridad, y a través de ella refleja a una generación criada en la abundancia que, justo en el momento de despegar, cae en un profundo pozo de inseguridades y precariedad.  


La habitación oscura, de Isaac Rosa.


La infancia de Mary no es fácil: vive en una humilde familia de la Inglaterra rural de principios del siglo XIX, tiene una malformación en la pierna y, además, el pelo de color leche. A pesar de ello, Mary podrá aprender a leer y a escribir al dejar su familia para cuidar a la mujer del vicario, que padece una enfermedad. Sin embargo, esta apertura al mundo de las letras no le reportará una vida más feliz, con lo que usará como última salida el poder de la escritura para narrar su historia. La editorial Sexto Piso publica la primera obra de Nell Leyshon, escritora reconocida en el mundo del teatro y que ha causado furor en Inglaterra con su apertura hacia la novela.


Del color de la leche, de Nell Leyshon.


Nos ubicamos de nuevo en Inglaterra, esta vez en los años cincuenta del siglo pasado. Coral Glynn es una joven enfermera que deberá cuidar a la señora Hart, cuyo hijo Clement se recupera en casa de las heridas sufridas en la II Guerra Mundial. Coral y Clement, ambos personas solitarias, iniciarán una relación marcada por el dolor y las singulares y extrañas circunstancias que les rodean. Coral Glynn llega tan solo un año después de su publicación en Estados Unidos, donde generó excelentes críticas y obtuvo una potente recepción.


Coral Glynn, Peter Cameron.


Louise organiza una gran cena que reunirá a todos sus hijos. Bajo el recuerdo de su difunto marido, un pescador de la ciudad costera de Sète, la familia se reunirá, y un abanico de sentimientos y recuerdos, desde la nostalgia al arrepentimiento, planearán a lo largo de La sal: Jean-Baptiste del Amo se quita por fin la etiqueta de escritor prometedor y consolida su talento que despuntó ya a sus 25 años. 


La sal, Jean-Baptiste Del Amo.

La editorial Nórdica es especialista en recuperar clásicos que parecen haber sido escritos este mismo año. Por su vigencia, frescura y virtuosidad han elegido esta vez a Sherwood Anderson, escritor norteamericano que publicó en 1921 'El triunfo del huevo'. Trece relatos componen La chica de Nueva Inglaterra, muchos de ellos traducidos por primera vez al castellano; Anderson es conocido por dar voz a los desfavorecidos, otorgarles la dignidad que realmente poseen y articular su descontento y sus historias de vida. Por todo ello, y por su reconocida calidad literaria, esperamos La chica de Nueva Inglaterra para hacerle un merecido espacio con las otras cinco maravillas de la rentrée que hacen que este curso nuestro trabajo librero arranque apasionante.


La chica de Nueva Inglaterra, de Sherwood Anderson.



En septiembre, Cálamo renueva la mejor literatura.