Mostrando entradas con la etiqueta libreria independiente. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta libreria independiente. Mostrar todas las entradas

lunes, 29 de junio de 2015

Inauguramos un Servicio de Asesoría Lectora, y vuelve la Fiesta Porque Sí. ¡Dos planazos para Julio en Cálamo!

Tenemos dos planes algo excéntricos, curiosos, pero muy divertidos para proponeros. El 8 y el 15 de Julio, si te apetece pasar un buen rato en Cálamo, un rato con libros, con buen vino y con amigos, apúntate estas ideas.

Gran Inauguración del Servicio de Asesoría Lectora Gratuito y Público (S.A.L.G.P.)



El proximo miércoles 8 de julio a las 19.30h se inaugurará en Librería Cálamo el Servicio de Asesoría Lectora. ¿De qué se trata? Observe la foto que adorna este evento: imagine que en lugar de un experto en finanzas aconsejándole sobre la mejor manera de gestionar su economía, lo que recibe es el caluroso y afectivo consejo de un experto librero sobre las lecturas más apropiadas para este verano.Pedro Bosqued, Ana Cañellas y Paco Goyanes dirigirán el Servicio, donde se compartirán lecturas, vino blanco de Care Vodegas y Viñedos y la compañía de buenos amigos.

No es necesario reservar, pero se agradecerán las confirmaciones para calcular los asistentes y que no falten libros (¡ni vino!)



Vuelve la Fiesta Porque Sí
(¡con Concurso Cálamo de Tapas!)



Ha pasado un año desde la última, y seguimos convencidos: no hacen falta razones ni motivos para pasarlo bien y montar una fiesta, de que mejor conocernos que desconocernos y que la mejor red social es una copa de buen vino. Bajo este lema, convocamos tu presencia para celebrar una nueva Fiesta Porque Sí.

El miércoles 15 de julio a partir de las 19.30 horas estaremos esperándote para darte una cariñosa y efusiva bienvenida, convidarte una amplia selección de caldos de Care Bodegas y Viñedos acompañados de tapas y tentempiés y el nunca lo suficientemente ponderado... ¡aire acondicionado!

Aunque es difícil superar la magnifíca fiesta del año anterior, estamos confiados de poder lograrlo, y para ello tenemos un as bajo la manga: el Primer Concurso Cálamo de Tapas de Inspiración Literaria. ¿De qué se trata?
Cálamo aportará un sesudo e insobornable jurado que juzgarán las tapas y decidirán los ganadores del concurso, que se harán con los siguientes premios:

  • Primer Premio: un fantástico lote de vino y libro (en singular, cuidado)
  • Segundo Premio: a elegir entre una botella de vino o un libro (¿harto complicado?
  • Tercer Premio: un vaso de plástico chino de alta gama con firmas que acreditan su valía.

Los participantes deberán traer sus tapas junto con una ficha en la que figure el nombre del cocinero y el de la tapa. (¡Y que te sometas a la decisión del jurado!)

¡Te esperamos!



lunes, 16 de marzo de 2015

Julio Llamazares vuelve a su pueblo desaparecido con Distintas formas de mirar el agua. Este martes, presentación en Cálamo.

¿En qué coinciden un embalse, un escritor, un pueblo sumergido y una novela coral?
En la historia que da origen a la última obra del escritor leonés Julio LlamazaresDistintas formas de mirar el agua (Alfaguara) y que se presentará en Cálamo este martes 17 de marzo a las 20h.

Julio Llamazares. Fotografía: Editorial Alfaguara
El embalse de Porma fue inaugurado en 1968. Su construcción persiguió el control de las riadas de los ríos leoneses, y significó la desaparición de pueblos como Campillo, Quintanilla o Vegamián. Es en este último, uno de los pueblos que quedaron sumergidos tras la construcción del embalse, donde nació, en 1955, Julio Llamazares. El escritor no pudo volver a Vegamián hasta los 28 años de edad: «Habían vaciado el pantano y vi las ruinas de Vegamián, un escenario dantesco, como del fin del mundo, algo bastante impactante».

Ahora, décadas después, Llamazares regresa nuevamente a su pueblo natal, pero esta vez desde la escritura y la ficción.  Distintas formas de mirar el agua  es una novela coral donde 16 voces, una familia de tres generaciones, se reúnen para arrojar las cenizas del abuelo a las aguas de un pantano.

«Desde la abuela a la nieta más pequeña, desde el recuerdo de la aldea en la que los mayores nacieron y se criaron antes de verse obligados a abandonarla ante su destrucción inminente a las historias y sentimientos de los más jóvenes, el relato discurre como un flujo sucesivo de conciencia, como un caleidoscopio existencial y poliédrico al que la superficie del agua sirve de espejo.» 

Distintas formas de mirar el agua. Julio Llamazares. Alfaguara.


«Una novela sobre el destierro, sobre el paso del tiempo y la memoria, sobre el sentimiento de vinculación a la naturaleza, sobre la impronta que el ámbito rural y natural deja en el corazón de aquellos que alguna vez lo habitaron.»

La novela parece enlazarse naturalmente con la segunda publicada por el autor, La lluvia amarilla, donde el último habitante del pueblo del Pirineo aragonés Ainielle evoca en un largo monólogo los habitantes  del pueblo que ya han muerto, desaparecido o que ya se han ido del lugar que agoniza. 
Esta vez, en Distintas formas de mirar el agua los monólogos son 16, y en ellos se ven todas las maneras en que se puede mirar "el agua", es decir, el paisaje donde antes hubo un pueblo y mil historias: desde la belleza del lugar hasta la tristeza que representa, todos difieren y complementan ese caleidoscopio que apunta al pantano. 

Por todos estos pequeños datos, y muchos otros que dejaremos reservados para la conversación con el autor, no deberías perderte la presentación este martes 17 de marzo a las 20 horas en Cálamo. Acompañará a Julio Llamazares el periodista y escritor Antón Castro.

miércoles, 14 de enero de 2015

«Todo es ficción, incluyendo el periodismo y la historia.» Entrevista a Sergio del Molino, autor de Lo que a nadie le importa y nominado a los Premios Cálamo.

Su primera novela fue No habrá más enemigo, y fue elegida como uno de los 10 libros más recomendados ese año por CEGAL. Su segunda novela, La hora violeta, aborda uno de los temas más difíciles –y tabú– de la literatura (y de la vida): el libro narra un año de la vida de su hijo Pablo, desde que fue diagnosticado de un raro y grave tipo de leucemia hasta su muerte. 
Su tercera novela, Lo que a nadie le importa, es uno de los libros favoritos del año 2014, y por eso nominamos a su autor, Sergio del Molino, a los Premios Cálamo. Una novela que entreteje, como antes lo hizo en La hora violeta, la vida del autor y la ficción, pero donde además hay una búsqueda de las pequeñas anécdotas embebidas en la Historia: la Guerra Civil, la Transición, la vida de un abuelo, una frase pronunciada...

Sobre todo esto, sobre el lugar del escritor y el narrador, sobre próximos proyectos y mucho más, conversamos con Sergio del Molino: 


Sergio del Molino. ©Lara Albuixech

Una frase de la que nace una novela: tu abuelo, en su lecho de muerte, a tu abuela: «Calla, que de ti no quiero ni que me cierres los ojos.». Escuchaste la frase a los 16 años: ¿cuándo supiste, decidiste, que escribirías una obra a partir de esa escena, de ese momento de tu vida?

Creo que lo digo en la novela: de esa frase nace toda mi literatura. Ha resonado dentro de mí desde entonces, he intentado explorarla, trabajarla y entenderla, pero no había manera. He fracasado muchas veces al ponerme a escribir sobre ella. No quiere decir que esta vez haya triunfado, pero he conseguido componer un libro del que estoy orgulloso, que creo que dice algo de mí e intenta decir algo de los demás, que comunica bien y ata emocionalmente al lector. Así que ahora me siento un poco desahuciado. Esa frase me ha acompañado mucho tiempo, he querido escribir muchas veces sobre ella, y ahora que lo he hecho, me parece que me he quedado solo. Hay un vacío, ha dejado de resonar dentro de mí. La echo de menos.

Hay algunas novelas de escritores contemporáneos a ti —Los extraños, de Vicente Valero, por ejemplo— que nacen de una explícita intención del autor de investigar su pasado y, a partir de ahí, ofrecer una visión de la historia española: ¿ocurre algo similar en Lo que a nadie le importa? ¿Prima la rigurosidad de la investigación o la búsqueda de respuestas desde la ficción y los recuerdos?

Sí, claro, mi novela interpela a los españoles. España es su tema y su problema. Pero no es, respondiendo a tu segunda pregunta, un ensayo ni un libro de historia, sino una mirada literaria desde la evocación. Y, para mí, toda evocación es ficticia, si aceptamos lo caprichoso y mentiroso que es el recuerdo. Ignoro si mis preocupaciones literarias son parte de una tendencia o soy un raro. No me extraña que autores de un mismo momento y un mismo país coincidan en temas y formas de mirar. Cómo no parecernos, si compartimos tantas cosas. Pero yo me siento desligado y periférico. Toda mi literatura surge de impulsos íntimos. En cualquier caso, yo no busco respuestas. Creo que la literatura lleva mucho tiempo cuestionando la pertinencia de algunas preguntas y planteando la posibilidad de abrir nuevos interrogantes.

En una entrevista comentaste que La hora violeta te enseñó que “la intimidad resguardada y el pudor son enemigos de la literatura”. ¿Es de este aprendizaje que nace la libertad con que exploras tu pasado y tu historia?

Sin ninguna duda. Siento que Lo que a nadie le importa es una consecuencia lógica de La hora violeta. Su escritura me convenció de que necesitaba hacer una literatura que superase las cuartas paredes que las sucesivas vanguardias del siglo XX han plantado entre el autor y el lector.
Quiero reconectar, volver a una lectura donde lo emocional no sea sospechoso, y para ello he elegido el camino brutal del yo.

El postestructuralismo llegó a negar el concepto de autor en los años sesenta. Presentó la literatura como un accidente. Quienes la escribían eran poco menos que simples robots o médiums al dictado de un Geist o de una estructura. Pues bien, yo soy un antiguo, un romántico en el sentido histórico del término. Creo tanto en el autor que suprimo las diferencias teóricas que lo separan del narrador. En mis dos últimos libros, autor y narrador están confundidos. Pero no como parte de un juego postmoderno, sino como un gesto de chulería, si quieres. El yo de mis novelas es el mismo pronombre que uso para hablar de mí. No hay barreras convencionales. El lector sabe que estoy hablando de mí. Puede leer de la manera clásica, claro. Puede jugar a que el Sergio del Molino narrador no es el Sergio del Molino autor, pero creo que la lectura no funciona así. Eso es leer mojándose los pies en la orilla, y yo, al ponerme de cara y desnudo desde la primera línea del libro, fuerzo al lector a meterse entero en el agua. Hay una fuerza pasional en mi literatura que no existiría si la vida no me hubiera puesto en el camino de La hora violeta.

Lo que a nadie le importa, de Sergio del Molino. Literatura Random House, 2014

Muchas veces se te ha preguntado “cuándo escribirás una novela de ficción”. ¿Te parece que hay una línea muy distinta entre el método de tus novelas y el de una novela de “pura ficción”? En otras palabras, ¿encuentras relevante esa distinción?

No, me parece una distinción anticuada y poco útil. Dejando de lado que, poniéndonos estrictos, todo es ficción, incluyendo el periodismo y la historia, prefiero entender la ficción no como una característica sino como una herramienta al servicio del escritor. Puedes usarla o no y en según qué medidas dependiendo de tus propósitos, pero su uso no define lo literario. Es decir, un libro de ficción no es más literario que uno de no-ficción. Lo literario es una voz, una intención y un conjunto de sensaciones difíciles de analizar pero muy sencillas de apreciar. A mí me gusta situarme en las fronteras conceptuales y en las fronteras de los géneros porque creo que la novela es proteica. Si ha sobrevivido a todas sus muertes es por su capacidad casi infinita de renovarse y de subvertir los cánones.

Además de publicar obras literarias, has trabajado como reportero y columnista: ¿escritor periodista, o periodista escritor? ¿O es de la fusión de esas dos disciplinas que nacen obras como Lo que a nadie le importa?

Es que no creo que puedan diferenciarse fácilmente. Yo me considero, ahora sí, tras unos cuantos libros, escritor. Soy periodista también, y cuando me dejan, ejerzo, pero si me preguntas con qué oficio me identifico más, sin duda, escritor. Dicen que hay mucho de mirada de cronista en mi literatura, y yo estoy de acuerdo a medias. De hecho, en Latinoamérica, La hora violeta se leyó como una crónica de periodismo narrativo, y como tal se enseña en universidades de Buenos Aires y Lima, cosa que me sorprendió mucho. Pero yo me pregunto: si los críticos no supieran que soy periodista, si no leyeran la solapa antes de leer el libro, ¿apreciarían el tono cronista tan claramente? ¿Lo darían tan por descontado? Yo creo que el medio es el mensaje, y quizá mis orígenes profesionales hacen que se magnifique un aspecto de mi literatura que yo creo que no es tan dominante. Porque, para mí, el periodismo sirve para contar las vidas de los demás (y con dificultad), pero es una herramienta inútil para contar la propia intimidad. Y si algo hay en mis libros es intimidad.

Y para terminar, lo que más nos interesa como libreros: ¿Hay planes de nueva obra? ¿Novela, ensayo…?

Siempre estoy trabajando, pero no hay planes inmediatos de publicación, pues no creo que consiga tener nada publicable en 2015. Estoy metido en dos libros a la vez. Un ensayo y una novela. O lo que yo digo que son novelas. El ensayo sale de una reflexión íntima acerca de una cuestión social que yo creo que es uno de los signos de nuestro tiempo. La novela hablará de violencia política, culpa y vergüenza. Están ambos proyectos muy verdes, pero confío acabar con ellos antes de que ellos acaben conmigo.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Nos vemos allá arriba, de Pierre Lemaitre: éxito de crítica, fenómeno de ventas y una novela bélica fuera de lo común. Y otro nominado a los Premios Cálamo 2014

“Soy la encarnación de que la suerte existe. Salgo de la nada y, después de varias décadas enseñando literatura a bibliotecarios, me convertí en escritor a los 50 y ahora me traducen a 30 idiomas”.

Con estas palabras describe el propio Pierre Lemaitre el fenómeno literario que se desató a partir de la publicación de su novela Nos vemos allá arriba (Ediciones Salamandra) y su elección como Premio Goncourt 2013. A ese éxito de crítica se le suma uno de público, cifrado en más de un millón de ejemplares vendidos sólo en Francia. 


Nos vemos allá arriba es uno de nuestros libros favoritos del año –y no somos los únicos: la novela ha figurado en muchas de las listas que sobre estas fechas se publican en distintos medios)– y es, por eso mismo, uno de los 16 nominados a los Premios Cálamo 2014.


¿Quién es Pierre Lamaitre?


Pierre Lamaitre. Fotografía (c) Witi de Tera-Opale

Pierre Lemaitre nació en París en 1951.
Es escritor y guionista, pero no publicó su primera novela hasta tener más de 50 años. Entretanto, sin embargo, su vida siempre estuvo entrelazada con la literatura. ¿Un ejemplo? Creó una empresa de formación para colectivos como el de los bibliotecarios. 
Tras algunas novelas policíacas —con las que ganó premios como el Prix du premier romanen el festival de Cognac y varios premios de los libreros en Francia—, la publicación de Nos vemos allá arriba significó su consagración como un escritor reconocido por la crítica y, al mismo tiempo, un best-seller traducido a decenas de idiomas.


Nos vemos allá arriba: ¿Otra novela de la Gran Guerra?


Es una novela que trata el tema de la Primera Guerra Mundial, sí, pero no es una novela bélica ni histórica. Nos vemos allá arriba presenta al menos dos aspectos novedosos. Por un lado, se presenta con uno de los mejores comienzos de novela del año –en esto han coincidido lectores e innumerables reseñas– donde la vida de dos soldados quedan vinculadas para siempre a partir de una última batalla en el ocaso de la guerra. Además, los juegos experimentales con que aborda el género bélico alejan a la novela del relato histórico. ¿El resultado? Una pieza literaria de primera calidad emparentada, nada más y nada menos, con la picaresca. Así lo ha afirmado el propio autor

«[Nos vemos allá arriba] no es un relato histórico, es una novela de género picaresco. ¿Y qué es la picaresca? Pues El lazarillo de Tormes, que fue mi modelo»

Por otro lado, Nos vemos allá arriba es, sobre todo, una novela sobre las consecuencias de la guerra, sobre los problemas de la integración en la sociedad de los sobrevivientes al conflicto. De esta manera, la novela transcurre en las trincheras pero también forma un mosaico de la posguerra donde se entrecruzan estafadores, aventuras, tramas secundarias con enterramientos prematuros o historias de amor: una novela que atrapa, que entretiene, que se lee vorazmente y que, en definitiva, apasiona.


¿Quieres más? Si aún no la has leído, puedes ver aquí el primer capítulo. ¿Ya la has leído? Puedes votarla en nuestra librería: quedan dos semanas para elegir al ganador del Premio Cálamo 2014.

domingo, 28 de diciembre de 2014

«En cada vida hay tres, cuatro episodios esenciales, determinantes. En esos episodios me gusta bucear.» Entrevista a Vicente Valero, autor de Los extraños y nominado a los Premios Cálamo 2014

Se acercan los premios Cálamo 2014 y seguimos entrevistando a algunos de los 16 nominados.
Hoy es el turno de Vicente Valero. Su debut en la narrativa, Los extraños (Ed. Periférica) fue uno de los grandes libros de la narrativa española del 2014. La vida de cuatro "extraños", cuatro familiares de Vicente de Valero de los que él sabe poco más que el nombre son el punto de partida para un ejercicio literario donde se entretejen las memorias, la investigación periodística, la historia de España y la poesía. 
Con todos ustedes, Vicente Valero:

Vicente Valero
Los extraños es tu debut en la narrativa. ¿Es posible este libro sin toda tu obra anterior y los géneros que aborda? La poesía, la biografía, el ensayo, la literatura de viaje…

Probablemente no hubiera sido posible. Es cierto que en él hay mucho de lo que había venido haciendo. Siempre me ha interesado la vida de los otros como relato, pero lo que me gusta especialmente es contar breves episodios que puedan dar sentido a una vida entera o que consigan marcarla de una manera muy precisa. No me interesan tanto las grandes biografías como las pequeñas y parciales. En cada vida hay tres, cuatro episodios esenciales, determinantes. En esos episodios me gusta bucear.

La investigación de cuatro familiares, cuatro vidas misteriosas y de las huellas de esas vidas en tu propio cuerpo y espíritu: parece una tarea dura y con pocos antecedentes: ¿tuviste que forjar un método de investigación antes de lanzarte a la escritura del libro? ¿Un método de escritura que fusionara la investigación periodística con lo ficcional y lo biográfico?

Mi principal fuente era el recuerdo. Me hubiera gustado escribir solamente desde los recuerdos de la infancia. Es decir: construir las historias a partir de lo que me habían contado o yo había conseguido saber cuando era niño. Dejar que fluyera la voz de aquel niño que hizo muchas preguntas. 

Pero este es sobre todo un libro de olvidos, voluntarios e involuntarios, de los míos propios también. Las cuatro historias nacen del olvido.

Como narrador, lo que intento es completar esos olvidos con muchos datos dispersos que he tenido que ir a buscar, a veces reveladores, pero siempre procurando que no se pierda la atmósfera de extrañeza, la niebla que ha existido entre ellos y yo. En realidad, seguramente sé menos de ellos de lo que hubiera podido saber.

¿Existe alguna búsqueda en la literatura similar a la de Los extraños que tuvieras presente durante la escritura? ¿O algún autor?

Hay grandes escritores de familia y muy distintos, todos me han ayudado de algún modo, desde Bassani a Bernhard, desde Canetti a Michon. La familia es un tema universal y son muchos los puntos de vista. 


Algo en el mecanismo de Los extraños me recordó a La invención de la Soledad, de Paul Auster. Cuando su padre murió, la necesidad  de escribir y evitar que esa vida desaparezca fue para Auster de una importancia capital. ¿Ocurre algo parecido con tu búsqueda de esos extraños? ¿Una necesidad de recuperar del olvido esas vidas que forman parte y han dado forma a la tuya? 

Me interesaba saber también qué era lo que había en mí de ellos, que podía haber heredado de esos extraños sin saberlo. Y qué estaba haciendo yo con esa parte de ellos que había heredado. En cierto modo, este aspecto condicionaba mi búsqueda. Supongo que encontrándolos a ellos y reconstruyendo sus vidas me estaba conociendo un poco más a mí mismo y, sobre todo, estaba conociendo mejor a mi familia.

Los extraños, de Vicente Valero. Ed, Periférica.
Cada relato —quizás el último sobre todo— se relacionan de manera directa con episodios de la historia de España que se entretejen, y se forma una relación curiosa entre lo particular de esas vidas menores y lo más universal y común a todos…

Pertenezco a una generación que ha crecido en libertad y ha hecho más o menos lo que ha querido hacer y ha vivido donde quería vivir. Realmente es un lujo, si uno mira hacia atrás en la vida de los españoles. La vida de mis ‘extraños’ estuvo condicionada completamente por la moral dominante de una sociedad muy cerrada, antes y después de la guerra civil, y por el desastre de la guerra misma… Para alguien de mi generación, estas vidas siempre al borde del fracaso, o abocadas a él, condicionadas hasta tal punto por la realidad histórica, resultan extraordinarias, casi épicas.


Los cuatro "extraños" que forman el libro, ¿fueron desde el comienzo los que tenías en mente? ¿O hubo algunos que quedaron fuera pero fueron posibles candidatos?

Quedó fuera el más extraño de todos, mi abuelo paterno, de quien solamente sé su nombre, su profesión y el año de su muerte (1936). Su mujer, mi abuela, se divorció de él en la época de la República, e impuso un silencio total sobre su figura que por lo visto todavía perdura en mí. La verdad es que no hubiera sabido ni por dónde empezar su relato. Pero recuerdo que mi abuela, cuando yo era niño, algunas veces –más bien cuando estaba enfadada-, me decía que me parecía bastante a él… Nadie se atrevía entonces a preguntar por qué. 


* * *

Puedes votar a tu nominado favorito en Librería Cálamo: ¡busca las urnas y participa!


miércoles, 17 de diciembre de 2014

«El judaísmo sólo me interesa como literatura.» Entrevista a Eduardo Halfón, autor de Monasterio y nominado a los Premios Cálamo 2014.

Cualquier libro de Eduardo Halfon es la puerta de entrada a una obra escrita en una prosa sencilla, por momentos con una cadencia y un ritmo que la acercan a la lírica, una obra compuesta de novelas breves y relatos donde la línea entre la ficción y la realidad –o entre el narrador y el escritor– se vuelve difusa e irrelevante.
Su último libro, Monasterio (Libros del Asteroide), se integra en ese mosaico y se entreteje con imágenes y personajes de otras obras de Halfón, sobre todo con la presencia del abuelo de El boxeador polaco (Pre-Textos). Monasterio es uno de los libros nominados a los Premios Cálamo en su edición 2014, y quisimos aprovechar la ocasión para entrevistar a Eduardo Halfon y conocer un poco más sobre su lugar de escritor y su obra:

Eduardo Halfon. (c) Peter-Andreas Hassiepen


Monasterio se entreteje, a modo de referencias, pequeños guiños y personajes que se repiten, con otras obras anteriores de tu autoría. ¿Hay un plan en tu obra que trascienda a cada novela o colección de cuentos? 

Soy un ingeniero, tanto de formación como de carácter, pero no hay plan alguno cuando escribo. Voy improvisando, dejándome llevar, o más bien dejándome acercar a algo que intuyo pero que no veo claramente, y que quizás es el centro o núcleo de un cuento, de una novela, de todo un proyecto literario. Desde que empecé a escribir, hace ya 12 libros y 12 años, siento que estoy escribiendo un solo libro, pero publicándolo por partes, en proceso, mientras lo escribo. Monasterio, cuyo origen está en El boxeador polaco, es una pieza más de ese proyecto, o un peldaño más en ese andamio, o un planeta más en la constelación que son mis libros. Aunque apenas intuyo esa constelación. Sé que está ahí, borrosa y lejana, develándose poco a poco ante mí, y que toda mi obra gira en torno a algo. Pero no la veo claramente, ni la entiendo del todo. Y está bien que así sea. Floto, a la deriva, en ese espacio narrativo. Quiero escribir mis cuentos con el mismo asombro con que luego un lector los lee.

Algo muy curioso que ocurre durante la lectura de Monasterio es el juego que se hace con las expectativas del lector. Lo que parece una novela sobre una boda y un matrimonio entre judíos ortodoxos se convierte en una serie de retazos de historia, de recuerdos, de otros viajes…

Creo que esa lectura asombrosa —para seguir usando el mismo término—corresponde exactamente al proceso de su escritura. Yo también escribí las primeras páginas con la expectativa de otro libro, uno que conduciría hacia esa boda ortodoxa, hacia una relación entre hermanos. Pero al escribir, no soy yo quién decide, ni hay una ruta o una fórmula a seguir, ni es esto una ciencia. La historia que quería o necesitaba ser contada poco o nada tenía que ver con la boda de una hermana, sino con algo mucho más íntimo, lo cual, visto a través de la lupa de la ficción, es a la vez universal.

"Una jaula salió en busca de un pájaro". Este aforismo kafkiano precede a la novela: ¿cuál es la jaula, la cárcel, en la vida del narrador, de su hermana que se casa?

Para mí el mejor epígrafe es aquel que creemos entender, pero que si intentamos poner en palabras, de inmediato se nos escapa. No es éste una explicación del libro. Sino una puerta de entrada. Un tono musical. No sé entonces cuál es la jaula (o acaso las jaulas), ni si ésta nos persigue a nosotros o somos nosotros quienes la perseguimos a ella. Hay algo hermoso y terrible en las palabras de Kakfa. Hacen éstas un eco, quizás, con la historia que he escrito. O al menos eso me gustaría pensar.

En muchos puntos de la obra asoma la idea de "ser" judío como algo más allá de profesar la religión, del "judaísmo no como religión sino como genética",  como un tema de peso en Monasterio. ¿Hay una búsqueda de la identidad como alguien de ascendencia judía pero que no practica la religión?

El judaísmo sólo me interesa como literatura. Es decir, el judaísmo como historias. Hay en mi obra un constante acercamiento a lo que significa ser un judío, pero visto siempre hacia atrás, hacia las historias de mis abuelos. O sea, no el judaísmo como religión, sino como identidad, como orígenes, como historias de desembarcos y éxodos y diáspora y sobrevivencia.



La novela, a través del abuelo del narrador, que fue un prisionero en Auschwitz, visita el tema del Holocausto. Y toca temas que pertenecen a la literatura del Holocausto: memoria, testimonio e identidad. ¿Cómo es para un escritor de una generación que no es superviviente ni testigo directo de esos hechos visitar esos temas desde la ficción?

Creo que son temas que únicamente pueden visitarse desde una generación apartada, no afectada directamente. Mi abuelo no habló de su experiencia en Auschwitz durante sesenta años. Nos decía, medio en broma, que el número tatuado en su antebrazo era su número de teléfono. Él jamás volvió a pronunciar una sola palabra en polaco, su lengua materna. Jamás regresó a Polonia, y a los demás nos prohibía ir. Así educó a sus hijos—a mi madre y mis tíos—, para quienes esos temas también eran lejanos e intocables. Creo que somos los nietos, entonces, tanto de sobrevivientes como de verdugos, quienes podemos empezar a acercarnos a las heridas del pasado, a visitar esos temas desde la distancia que les otorga el tiempo. Y en mi caso, claro, lo hago desde la ficción, donde el interés es más emotivo que real, más sensorial que fáctico. Mi próximo libro, cuyos orígenes están en Monasterio, es sobre ese viaje prohibido a Polonia.

Muchas veces has dicho que tus narradores son más valientes que tú en las posturas sobre los temas que tratas a lo largo de tu obra. ¿Es la literatura una forma de tomar una postura frente a esa identidad que a veces nos imponen las herencias de la tradición, la religión, la historia?

Es que en el fondo no sé qué es la literatura. Pero me gustaría pensar que no es tomar postura. Que la literatura está más allá de cualquier postura, las cuales tienen más que ver con ideologías y políticas. Las posturas las tomamos los seres humanos, no los escritores de ficción. En la literatura de un escritor, cualquier postura peligra en convertirse más bien en una pose, y el escritor entonces en un predicador. Pero sí, mi narrador, que se llama igual que yo, se suele imponer ante esas injusticias y herencias que a mí me acobardan. Dios lo ampare.


*  *  *

Monasterio es una de las 16 obras nominadas a los Premios Cálamo 2014. Puedes visitarnos en Cálamo y dejar tu voto en las urnas. ¡A leer!


viernes, 7 de noviembre de 2014

«Si un género ha evolucionado en los últimos años ha sido el de los libros ilustrados» Entrevista a Fernando Diego García, director editorial de Libros del Zorro Rojo, en su 10º aniversario.

En el año 2004 nació una editorial que cambiaría el concepto de libro ilustrado. En el año 2011, esa misma editorial, que lleva el nombre de Libros del Zorro Rojo, ganó el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural en el 2011. Y el año pasado fue el sello detrás de Oh la l'art!, de El Roto, Premio Cálamo Extraordinario 2013
En sus diez años, Libros del Zorro Rojo ha presentado extrañas y valiosísimas joyas: Sylvia Plath ha sido editada para lectores "a partir de los 4 años", Julio Cortázar se convirtió en un cuentista infantil que comparte catálogo con Charles Perrault o los hermanos Grimm.

¿Cómo celebrar la primera década de una de las mejores editoriales de libros ilustrados de España? Con un  Vermut Gráfico Literario: este sábado desde las 13 horas celebramos los 10 años de Libros del Zorro Rojo.
Y para prepararnos, entrevistamos a Fernando Diego García, director de la editorial:

Así ilustra La Metamorfosis el artista Luis Scafati
La editorial nace en 2004 con una línea de trabajo bien definida: la edición cuidada de obras ilustradas.  ¿Fuisteis pioneros en este sector en España? 

Los libros ilustrados siempre han estado presentes en el panorama editorial español. En lo que respecta a la literatura infantil, ya en los años 90 surgieron propuestas innovadoras y arriesgadas —auspiciadas por editoriales como Serres, Kalandraka, Kokinos, por supuesto Media Vaca—  que transformaron contenidos, temas, propuestas gráficas de la literatura infantil y juvenil en España. Sin embargo, no ocurría lo mismo con el libro ilustrado para jóvenes y adultos. Cuando publicamos La Metamorfosis, de Kafka, ilustrada por Luis Scafati, a excepción de algunas bellas ediciones de Galaxia Gutemberg era muy difícil encontrar este tipo de ediciones en las librerías. 
«En 2004 dejamos de trabajar como packagers, ofreciendo nuestros proyectos a otras editoriales, y comenzamos a publicar ediciones ilustradas para públicos de todas las edades: esa ha sido siempre nuestra principal marca de identidad.»

¿Cómo han sido estos 10 años de libros ilustrados? ¿Cómo ha sido la evolución del género y su recepción por parte de los lectores en la década de trabajo de Libros del Zorro Rojo?

Es muy curioso hacer este ejercicio de memoria, porque si un género ha evolucionado en los últimos años ha sido el de los libros ilustrados. Las razones son varias, pero citaré dos. Una es la entrada en juego de un nuevo lector, un lector culto y joven interesado en la ilustración (considerada durante años “solo” para niños), un lector comprometido con los diferentes discursos. Y otra es el boom de la novela gráfica, que ha hecho que las librerías literarias incluyan en sus estanterías cómics que antes estaban reservados únicamente a las librerías especializadas. Si bien no somos en absoluto una editorial especializada en novela gráfica, hemos trabajado con muchos artistas con una gran trayectoria en el mundo del cómic, como Jordi Bernet, José Muñoz, Lorenzo Mattoti o Enrique Breccia. 
Ambas razones han conseguido, además, que los medios de comunicación pongan mayor atención en los libros ilustrados, contribuyendo así a la generación de un nuevo espacio lector en el que tenemos más visibilidad. 

La colección infantil de la editorial presenta a autores como Sylvia Plath, Cortázar o Antonio Tabucchi: ¿cómo es el trabajo del editor en este sentido? ¿Cómo se convierte —o como se descubre— que Sylvia Plath es una poeta para ser leída "a partir de los 4 años"?

El trabajo de editor en estos libros es un trabajo de pesquisa. Comienza con un primer ejercicio de lectura, buscando en la obra de autores clásicos de la literatura (autores que escriben para los adultos) textos susceptibles de ser compartidos y disfrutados —en un soporte simbólico y material diferente— también por los niños. En ese sentido uno de nuestros hallazgos más valiosos ha sido Discurso del Oso, un microrrelato, originalmente concebido por Cortázar como texto para niños —los hijos de su amigo, el pintor y poeta Eduardo Jonquières—, pero más tarde, por iniciativa del célebre Paco Porrúa, incorporado en Historia de cronopios y de famas. Alli lo encontramos, allí sigue todavía, pero el extraordinario talento de Emilio Urberuaga, su lectura e interpretación del texto, nos permitió, en cierto modo, restaurar la intencionalidad originaria del autor.

Ilustración de Emilio Urberuaga en Discurso del Oso, de Julio Cortázar

Es evidente que autores como Cortázar, Neruda, Saramago o Sylvia Plath no necesitan ser descubiertos a los lectores; nuestro trabajo consiste en detectar textos que puedan permitir a las edades más tempranas una primera aproximación a su obra, una pequeña señal que puede ser el inicio de un valioso itinerario lector. Nuestra publicación más reciente, El libro de las camas de Sylvia Plath, nos permite presentar —a niños y a adultos— una faceta desconocida de la autora. Sylvia Plath escribió tres historias rimadas para niños, que quedaron inéditas en vida de la poeta. Ahora rescatamos este libro desbordante de fantasía y nonsense con una nueva y excelente traducción de Marcial Souto y con las ilustraciones originales de la edición de 1976, a cargo del consagrado Quentin Blake.

¿Hay una definición propia, unos criterios exclusivos de la editorial para definir el género infantil y las ediciones ilustradas "para niños"?

En nuestro catálogo está la respuesta: nuestros libros para niños son propuestas que eluden las modas y las tendencias imperantes. Son libros muchas veces “incómodos”, provocadores en todas las acepciones del término: buscan nuevos horizontes, incitan a  la reflexión, estimulan la lectura y el sentido crítico. Son álbumes que también disfrutan los propios adultos.

Los libros ilustrados: ese diálogo entre escritor e ilustrador.

¿Qué ocurre con un libro cuando se convierte en "ilustrado"? ¿Qué cambios ocurren, por ejemplo, en clásicos como Kafka o William Golding cuando interviene un artista? ¿Y en best-sellers y éxitos de crítica como Murakami?

Lo que nace a partir de ese texto ya existente, de esa obra ya publicada, de ese diálogo “de tú a tú” entre escritor e ilustrador, es una obra nueva, original, única, en la que se combinan  los recursos literarios y  los recursos gráficos, y también un diseño editorial que realza los valores intrínsecos de las obras, que habilita una lectura más rica en matices, más compleja, quizá más profunda. 

¿Cómo reconoces a un libro "ilustrable"? ¿Y cómo eliges al artista que lo ilustra? 

Los textos que ilustramos son fruto de nuestra propia socialización, de nuestro itinerario lector íntimo y personal, libros que se han ganado un puesto privilegiado en nuestra biblioteca. Son libros que nos susurran que quieren ser ilustrados, que merced al trabajo creativo de un artista pueden permitir nuevas lecturas.
En nuestro imaginario hay miles de ilustraciones, solo hay que dejar que la relectura de un libro proponga al artista.
 «¿Quién mejor que Pablo Auladell y sus ilustraciones que se nutren de las vanguardias europeas para el texto embriagado de Joseph Roth La leyenda del Santo bebedor? ¿Qué puede armonizar mejor con Cortázar y el mundo del jazz de El Perseguidor que el claroscuro de José Muñoz? ¿O quién mejor que Ralph Steadman, el gran maestro gráfico de la sátira política y social, para hacer posible una nueva lectura del clásico Rebelión en la granja

Rebelión en la granja: esa es la fuerza de las ilustraciones
de Ralph Steadman para el clásico de Orwell

 ¿El libro ilustrado es un libro de papel, con portadas y texturas? ¿O existe la posibilidad de ediciones digitales de Libros del Zorro Rojo?

Este tipo de ediciones no pueden prescindir del papel. No solo por su singularidad material, sino por el tipo de lectura y la relación que proponen con el libro como objeto. En estos momentos, reivindicar el papel puede parecer una ilusión contracultural, pero es nuestra ilusión, como lo es apostar por las librerías independientes y los lectores críticos.


La conversación continúa este sábado en el  Vermut Gráfico LiterarioContaremos con la presencia de Samuel Alonso  en representación de la editorial y de dos ilustradores y artistas de excepción a los que admiramos y queremos: Elisa Arguilé y José Luis Cano. Brindaremos con buenos caldos de Care Bodegas y Viñedos y una suculenta sección de tapas made in Cálamo. ¡Os eperamos!

lunes, 22 de septiembre de 2014

El mundo editorial ya tiene cita en México: llega el Segundo Encuentro Talento Editorial en el Hay Festival Xalapa 2014.


Uno de los momentos profesionales qué más alegría nos ha dado este 2014 fue participar en la organización del I Encuentro Talento Editorial, en el marco del Hay Festival Cartagena de Indias. Que antes de que acabe el año ocurra de nuevo no hace sino multiplicar nuestro placer: ¡llega el II Encuentro Talento Editorial!, esta vez dentro del Hay Festival Xalapa 2014, en México.

El Hay Festival contará con escritores como Salman Rushdie —autor de la alguna vez polémica Los versos satánicos —, Ray Loriga —que seguramente llevará bajo el brazo su última novela Za Za, emperador de Ibiza— o Juan Bonilla —ganador del I Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa— entre muchos otros. ¿Quieres más? Mira el vídeo de presentación para ver una muestra de todo lo que ocurre en los Hay Festivals. Y esto es sólo el comienzo:



A toda esta literatura se suma el sector editorial durante 3 jornadas intensas de debate, presentaciones y reflexiones. Vamos:

¿Qué es Talento Editorial?


Talento Editorial es un proyecto del Hay Festival co-organizado con Librería Cálamo
En su segunda edición continuará generando espacios profesionales e internacionales enfocados en la experiencia editorial y los desafíos del sector. 

¿Quiénes participan?

¡Pueden participar todos! Todas las sesiones están abiertas al público.

Para muestra, qué mejor que echar un vistazo a la edición del año pasado. En el primer encuentro participaron, entre muchas otras editoriales, Editorial Siruela, Grupo Planeta, Katz Editores y Penguin Random House. En total fueron 25 profesionales de 8 países. Sin embargo, las jornadas están pensadas no solamente para profesionales del sector de la edición, sino para todos los que tengan afinidad con el mundo de la edición, la literatura, los libros y la lectura. Talento Editorial busca siempre crear un lugar en el que libreros, editores, lectores y gente del mundo del libro intercambien ideas y reflexiones en estos momentos de transformación y cambio.

Y para terminar de convencerte, aquí tienes el programa completo del II Encuentro.
¿Qué más necesito saber?

Aquí lo tienes todo:
¿Cuándo? Del 2 al 4 de octubre, 2014.
¿Dónde? En Xalapa, México, dentro del Hay Festival Xalapa (2-5 octubre 2014)

¿Algo más? Todo lo tienes en la web de Talento editorial: talentoeditorial.com

¿Quieres contactarnos?

Escríbenos a talentoeditorial(a)hayfestival.com, o rellena nuestro formulario de contacto.

lunes, 21 de abril de 2014

Tres días para celebrar el Día del Libro en Cálamo. Firmas, lecturas, descuentos y regalos.

(c) Maranie LoMonnaco
En Cálamo no nos alcanza un día para celebrar el libro, y hemos preparado tres. Muchos planes y muchas ganas de compartirlos con todos vosotros. Nos visitarán muchos autores para firmar libros y conversar con sus lectores. Habrá lectura de cuentos infantiles y, además, el 23 de abril todas las compras en Cálamo tendrán un 10% de descuento. 
¿Te unes? ¡Pues toma nota en tu agenda!

22 de abril martes a las 20 horas: Z de Manuel Vilas.
Comenzamos con una presentación, y qué mejor que una del gran Manuel Vilas, que reedita su mítico Z en Editorial Salto de Página. Una presentación/representación en vísperas del día del libro, para cargar energías bibliófilas y prepararnos para el 23.


 23 de abril.
 Día del Libro y Día de Aragón: ¡libros y borrajas!

Como ya es tradicional, Librería Cálamo y Cálamo Infantil abrirán sus puertas en horario de 10.30 a 14.00 y de 17.30 a 19.00 horas.
Todas tus compras irán bonificadas con el 10% de descuento. Y ya sabes que te regalaremos una buena y luminosa mata de borrajas (hasta fin de  existencias).
En Cálamo Infantil a las 18.30 horas Lu de Lurdes nos contará el cuento Palabras de dragón, un nuevo libro editado por FUNDAT que recoge dos cuentos escritos por los alumnos de los colegios de Atades San Martin de Porres y San Antonio, coordinados por Jorge Gonzalvo.

FIRMAS
A lo largo de la jornada del 23 de abril, en nuestra parada del Paseo de la Independencia a la altura de la calle Cádiz nos acompañarán numerosos autores. ¡Toma nota!:



Por la mañana: Adolfo Burriel,  Carlos Castán, José Giménez Corbatón, Francisco Pellicer, Javier Grimal, Daniel Pelegrín,  Fernando Sanmartín, Rebeca Aznar, Raquel Marteles, Daniel Cid, Aitor Forcada, Julián Urbano, Andrés Statella y David Maynar.

Por la tarde: Emilio Pedro Gómez, Julio Cristellys,  Joaquín Berges, Sergio del Molino, Ángel Petisme, Severino Pallaruelo, Ramón Eder,  Estefanía Langarita, Irene Murillo y Nacho Moreno


24 de abril jueves a las 20 horas: SobreexposiciónLaura Bordonaba.
Cerramos la celebración con otra presentación: Laura Bordonaba presenta Sobreexposición, publicado por Pregunta Editorial. Lo hará acompañado por Paula M. Gallardo y Carlos Castán.


¡Os esperamos a todos!