jueves, 30 de enero de 2014

Primer Encuentro de Talento Editorial en el Hay Festival Cartagena de Indias. Un milagro caribeño.

El Hay Festival de Cartagena de Indias —con el que colaboramos organizando el Primer Encuentro Talento Editorial— es un milagro caribeño, una explosión de creatividad, color y vida que reivindica la paz, la justicia y la libertad en un país único y maravilloso. Durante muchos años las únicas noticias que recibíamos en España relacionadas con Colombia eran las referidas al narcotráfico, los paramilitares, los excesos policiales y militares; en definitiva a la violencia, a una violencia radical y salvaje.




Afortunadamente, y gracias ante todo a la fortaleza de una sociedad civil activa y valiente, esa imagen ha cambiado y sigue cambiando. Colombia es cultura popular rica y variada: cineastas y pintores, fotógrafos, gente del mundo del teatro... Todos ellos extraordinarios: Vallejo, Mutis, García Márquez, Ospina, Vásquez, Caicedo, Abad Faciolince. Escritores de una calidad sin par y con un dominio de la lengua española asombroso. Colombia es el lugar donde residen el Museo del Oro, la biblioteca Juan Luis Arango —dos millones de volúmenes, una programación cultural continua y de primer nivel, visitada a diario por miles de personas—, y la red de bibliotecas del Banco de la República. Un país en el que la música lo es todo y está presente en todos los momentos del día; los jóvenes bogotanos se han lanzado a crear y diseñar con una potencia creativa que recuerda los buenos momentos de la movida madrileña. 
Colombia es también el país donde ocurren y se organizan algunos de los eventos culturales más importantes del mundo. Uno de ellos es el Hay Festival de Cartagena de Indias. Del 30 de enero al 2 de febrero la ciudad se inunda de actos culturales que se celebran de manera simultánea en siete sedes y en las mismas calles de la ciudad. Miles de personas acuden a ellos para escuchar a los más de 150 ponentes que participan en casi otros tantos actos. ¿Algunos nombres? Héctor Abad Faciolince, John Boyne, Emmanuel Carrère, David Foenkinos, Gael García Bernal, Enrique Krauze, Élmer Mendoza, Rosa Montero, Cees Noteboom, Ricardo Piglia, Ignacio Ramonet, Alberto Ramos Salcedo, Evelio Rosero, José Sacco, Rüdiger Safranski, Jacobo Siruela, Irvine Welsh, Juan Gabriel Vásquez, Guadalupe Nettel, Lara Moreno o John Lee Anderson. 

Bahía de Cartagena de Indias. Fotografía: Norma Gòmez.
Colaborar con el Hay Festival es para Cálamo un enorme placer y un honor, pero también una gran responsabilidad. Para el festival hemos diseñado y organizado el Primer Encuentro Talento Editorial, un evento profesional y abierto al público que pretende dar a conocer experiencias novedosas y exitosas en la industria editorial. Un espacio en el que libreros, editores y gentes del mundo del libro intercambian ideas y reflexiones en este momento de transformaciones y cambios. En esta primera edición participan 25 profesionales de ocho países.
El desarrollo del Encuentro Talento Editorial será visible en todo el mundo gracias a una herramienta virtual alojada en la web del Hay Festival de Cartagena de Indias: textos de las ponencias, grabaciones en audio, entrevistas a los conferenciantes, datos sobre los participantes o información complementaria. La idea es que con todo el material se pueda construir un archivo digital útil tanto para los profesionales del libro como para los estudiosos o los jóvenes que quieran iniciarse en el mundo la edición.

Más información:
Web oficial del Hay Festival
Programa completo del Primer Encuentro Talento Editorial
Cálamo en el blog del Hay Festival 



miércoles, 15 de enero de 2014

Y los ganadores de los XIII Premios Cálamo, edición 2013, son...

Ha llegado el momento. Ya tenemos a los ganadores de los XIII Premios Cálamo. Por primera vez, se podía votar en nuestra librería así como en muchas otras amigas: Librería Cámara (Bilbao), Librería Luces (Málaga), Librería El Puente (Arrecife-Lanzarote) y Librería Altaïr (Barcelona). A todos ellos, infinitas gracias.
Muchos votos, debates, opiniones. Ha sido genial tener a todos los nominados en la misma mesa, junto a las papeletas de votación. Muchas gracias a todos los lectores que votaron y, también, a los autores nominados y a sus editoriales.
La fiesta de entrega de los XIII Premios Cálamo se celebrará el viernes 21 de febrero de 2014 en el Teatro Principal de Zaragoza.
Previamente los autores premiados realizarán una lectura pública de su obra a las 19 horas del mismo día en el Teatro Principal de Zaragoza. Entrada libre hasta completar aforo.


Muy bien. Sin más preámbulos, los ganadores son:

Libro del año 2013

El Premio Cálamo “Libro del año 2013”, elegido por votación de los lectores,  se concede a La habitación oscura, obra de Isaac Rosa publicada por Editorial Seix Barral.



La habitación oscura puede leerse como un retrato generacional, como un complejo juego literario o como una crítica radical a la modernidad. Puede leerse de muchas maneras, pero siempre con la admiración que solo despierta la auténtica literatura, aquella que no rehúye ni el riesgo ni el compromiso. No es un libro fácil, ni quiere serlo. Sí es un libro importante.

Isaac Rosa es sevillano y vive en Madrid. Nació en 1974: hace ya un rato que abandonó la etiqueta de joven escritor con futuro. Ha escrito seis novelas (de las que nos permitimos destacar El vano ayer y La mano invisible), algunos libros de relatos, una obra teatral, un ensayo e infinidad de artículos periodísticos. Ha sido galardonado con los premios Rómulo Gallegos, Ojo Crítico y Andalucía de la Crítica.  Es miembro del colectivo de reflexión Qué hacemos. Alto, enjuto y ligeramente barbudo. Los ojos tiernos de los que piensan demasiado y ven claro. Le gusta hablar y – milagro- también escuchar. Tiene un aire entre Bécquer y voluntario de las Brigadas Internacionales. Se hace querer.

Otra Mirada 2013

El Premio Cálamo “Otra Mirada 2013”  se otorga a Daniela Astor y la caja negra, obra de Marta Sanz publicada por Editorial Anagrama.



Sin contemplaciones y con el gran estilo que la caracteriza, Marta Sanz reconstruye la historia inmediata de la Transición a través de la mirada de dos niñas, de dos mujeres: Catalina y Angélica. Su mirada es otra, la de las mujeres que cambian en tiempos de cambio, que enfrentan el mundo rompiendo con los límites que les fueron impuestos. 

Madrileña del 67, Marta Sanz es doctora en Filología, ejerce la enseñanza y no para de escribir novelas, poemas y artículos de prensa. Su obra ha sido reconocida con premios como el Ojo Crítico o el Tigre Juan, y ha sido finalista en los Nadal y Anagrama. Sus novelas Black, Black, Black y Un buen detective no se casa jamás, concitaron el fervor de la crítica y de los lectores. Pequeña, pizpireta, en permanente agitación física y mental. Siempre parece ir dos pasos por delante. Detesta la autoridad y reclama el derecho a la protesta. La ejerce. Su mirada es diferente: Otra Mirada.88

Extraordinario 2013

El Premio Cálamo “Extraordinario 2013” se concede al libro Oh, la l’art!, obra de El Roto publicada por Libros del Zorro Rojo.



Oh, la l’art! es pura dinamita visual e intelectual. Como Gary Cooper en Solo ante el peligro, Andrés Rábago alias “El Roto” no huye y se enfrenta con valor al hecho y desecho del arte contemporáneo. Críticos, artistas, público, galerías, mecenas, inversores...para todos hay. Sus viñetas tienen la marca de la casa, de “su” casa”: profundidad, ironía, dobles y triples sentidos. Destilan sabiduría. 

Andrés Rábago (Madrid, 1947) es pintor, dibujante y “periodista visual”. Premio Nacional de Ilustración 2012 por el conjunto de su obra. Como pintor ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas.  En la dictadura franquista,  bajo el seudónimo de OPS, trabajó en Hermano Lobo, La Codorniz, Triunfo, etc. Con la democracia se convirtió en El Roto: su viñeta en el diario El País es lo que primero muchos “leemos” al punto de la mañana. Al preguntarle si era “realista” o “pesimista” nos respondió con genial brevedad: “La sátira se suele ocupar de los quebrantos, no de los éxitos, eso pertenece a otra sección del periódico.” Su voz es tranquila y amable, propia del que atesora mucha vida. En las fotos parece tan tímido como inteligente: podría pasar por un científico brillante. Seguro que lo es.

sábado, 11 de enero de 2014

Elena Ramírez, directora editorial de Seix Barral: «La recomendación y guía del librero es más necesaria de lo que ha sido nunca.»

Entre los nominados a los XIII Premios Cálamo figuran dos obras de Seix Barral: Intemperie, de Jesús Carrasco y La habitación oscura, de Isaac Rosa. En el blog hemos podido conversar con ambos durante este año y contar con su presencia en la librería.
Hoy tenemos la oportunidad de conversar con Elena Ramírez, la directora editorial de Seix Barral y ahora también Directora de Ficción Internacional del Grupo Planeta. Su labor como editora ha significado no sólo el descubrimiento y la apuesta por voces nacionales sino también un cambio de identidad y una recuperación del sentido del sello en sus años fundacionales.

Elena Ramirez. ©Marc Arias
Intemperie, de Jesús Carrasco: un debut literario en un sello centenario y de mucho peso en el mercado editorial.  Fue un éxito rotundo en la feria de Frankfurt –venta a 13 países- y lleva ya numerosas ediciones. Ha sido nombrado ‘libro del año’ por algunos medios y por los libreros de Madrid. Al mismo tiempo,  ha sido un éxito de ventas. ¿Cuál es tu lectura como directora de una editorial que hace posible este fenómeno?

Es muy positiva. Descubrir, publicar, difundir una primera novela de calidad y que el trabajo realizado tanto del escritor como de la editorial se vean refrendados por lectores, libreros y críticos es lo más gratificante de esta profesión. Me siento feliz y orgullosa.

Intemperie, una novela debut, y La habitación oscura, obra de un autor precedido de premios y de obras como El vano ayer. ¿Cómo ha sido el proceso de gestación de los dos proyectos nominados a los Premios Cálamo?

El de Intemperie es un proceso de años de trabajo de Jesús en solitario. Paciencia, pulido, medida de sus posibilidades, paciencia, tiempo, pulido, paciencia, pulido y auto exigencia máxima.  El de La habitación oscura es diferente. El libro sale de una idea, y a diferencia de los demás libros de Isaac no surge de una idea social o política elaborada, sino de una epifanía temática, esa habitación oscura. Su buenísimo hacer narrativo ha hecho el resto, dotarlo del sentido crítico, social y político que tiene el resto de su obra y convertirlo en una novela apasionante.


¿Existe más riesgo en publicar operas primas que en editar, por ejemplo, traducciones de libros que ya han sido éxito en el mercado de su idioma original? Y en el reverso de esa pregunta, ¿existen fórmulas infalibles?

Jaja. Si existieran fórmulas infalibles habría mucho autor, librero y editor muy afortunado. No, no las hay. Ambas cosas tienen su riesgo, pero este no se mide sólo en función del tipo de texto, sino del anticipo invertido en su compra, en la inversión en el lanzamiento, etc...

¿Cómo definirías el valor intangible, de identidad, de catálago, de tradición y actualidad que aporta Seix Barral a las obras del sello? ¿Qué cambios ves y has visto en ese valor y en esa identidad desde que entraste en la editorial, hace ya más de una década?

Creo que Seix Barral es una referencia para un público letraherido desde luego y también para el lector más o menos habitual que busca libros de calidad. A lo largo de estos últimos años Seix Barral ha cobrado fuerza en esa labor de prescripción y recuperando el sentido inicial del sello, su identidad, y apostando, en esta línea, por voces nuevas de enorme talento y futuro.

Intemperie y La habitación oscura. Nominados a los XIII Premios Cálamo.

Ya sea desde la docencia, el trabajo junto a becarios o el asesoramiento puntual: ¿Qué tipo de relación tienes con nuevos o futuros editores?

Toda la que puedo, ya sea en el entorno laboral que describes (becarios, asistentes, editores junior) ya sea a través del máster de edición de la Pompeu en el que doy clase. Me gusta, especialmente, la labor de los nuevos editores independientes. Hay de todo, como en botica, pero hay algunos buenísimos.

¿Cómo ves el papel de las librerías en el proceso de construcción de la identidad de un libro en el circuito editorial? [Venta, promoción, eventos…]

¡Esencial! La recomendación y guía del librero es más necesaria de lo que ha sido nunca. La oferta es enorme, y las fuentes de información ilimitadas vía internet. No hay filtros para la prescripción. 
«Hay infinidad de casos en los que los libreros habéis cambiado la vida de un libro, ejemplar a ejemplar, a pulso. Y de forma definitiva.»
Pregunta obligada a los editores: ¿tus libros del año?

El de Marta Sanz y el de Eloy Tizón… entre los españoles, ay, pero no sólo. Zadie Smith, maravillosa, Munro, ay…

Y ahora un interés muy propio de nosotros, libreros: ¿Novedades en el catálogo de Seix Barral? ¿Nuevas apuestas de autores nacionales para el 2014? ¿Alguna primicia?

Partimos con un disparo en el corazón de Ricardo Menéndez Salmón en Niños en el tiempo, después con una novela hipnótica, rara y maravillosa de Mario Cuenca Sandoval, Los hemisferios; luego vienen La mujer loca, nueva novela del mejor Millás; La buena reputación, el libro más grande en todos los sentidos de Ignacio Martínez de Pisón, no se puede salir de él, o Kassel no invita a la lógica de Enrique Vila Matas. Y una sorpresa, Londres después de medianoche, una joya para amantes de la literatura y el cine de un joven autor mexicano que va a ser publicado en medio mundo, llamado Augusto Cruz. ¡Sí, un programón!



martes, 7 de enero de 2014

Entrevista exclusiva a El Roto: «Espero que el hecho de exponer no limite mi libertad de crítica»

Andrés Rábago García lleva décadas publicando ilustraciones satíricas en grandes medios. ¿Quizás le conocemos mejor como El Roto? Sin duda, el talento inagotable de El Roto ha marcado la sátira política y social de nuestro país con un nivel que pocas veces hemos visto tan directo y original. Hemos tenido la suerte de poder entrevistarle, a propósito de su nominación a los XIII Premios Cálamo, por su impecable obra Oh, la l'art, (editado por Libros del Zorro Rojo)


Una de las viñetas de Oh la l’art reza «Arte es lo que se pone donde se expone arte». En otra, la entrada de lo que parece ser una carpa de circo tiene un cartel: “Art”. ¿Siente un desencanto con el arte moderno? ¿Con cierto arte conceptual? ¿Con la disolución del concepto ‘arte’?

En el libro he recogido algunos dibujos en los que me he ocupado del tema del arte moderno en su vertiente tramposa, no de su rama noble, distinguir una de la otra debería ser tarea de la crítica, que por desgracia no siempre se ejerce.



Una de los museos en Oh la l’art es una carpa de circo. Otro está cerrado por “falta de estética”. ¿Suele visitar museos? ¿Le resulta un ejercicio atractivo?

Me apasionan los museos y las galerías, suelo visitarlos con asiduidad y con frecuencia disfruto de lo que allí encuentro.

El Roto satiriza el mercado del arte y critica a los museos. Pero Andrés Rábago pinta y expone. ¿Hay un conflicto en esas dos tareas? ¿O la crítica del arte radicalmente moderno y la práctica de la pintura tradicional apuntan a lo mismo?

«Espero que el hecho de exponer no limite mi libertad de crítica»

¿Se define como humorista? ¿O el humor es un resultado secundario de la crítica satírica? ¿Qué persigue más, o primero, la risa o la reflexión?

La sátira es un ejercicio que no persigue necesariamente la risa, pero a veces tiene ese resultado no buscado.

La estética de sus viñetas es minimalista. ¿Hay una búsqueda de la universalidad? ¿De trascender el tema del día? ¿De que su obra envejezca bien?

Lo que más me interesa es que el dibujo sea sólido, su universalidad lo puede dar la temática y el enfoque, pero nunca está garantizado.

En la misma línea de la pregunta anterior: ¿es un desafío complicado ejecutar una obra de sátira política y social que dure más que el titular de un periódico, por ejemplo?

La elección del tema y su ejecución plástica es esencial para conseguir una mínima resistencia al paso del tiempo.

En tiempos donde es una idea común la de que nadie se concentra durante demasiado tiempo en nada, ¿es la viñeta una manera efectiva de comunicar mucho en poco tiempo?

La viñeta busca esa inmediatez pero también una posible segunda y tercera mirada.



¿Cambia su proceso de creación el medio en el que se publique? ¿Ha cambiado desde las primeras revistas hasta medios masivos como El País?

Vas aprendiendo según vas trabajando, independientemente del medio en el que lo hagas.

Muchas de sus viñetas parecen augurar un futuro oscuro. Al mismo tiempo, sobre su libro A cada uno lo suyo ha afirmado que «Al repasar las viñetas seleccionadas  e intentar darle una mínima estructura narrativa, apareció un mundo del que cabría sospechar su inminente destrucción y necesario renacimiento...» ¿Se considera autor de una obra pesimista? ¿O simplemente ‘realista’?

La sátira se suele ocupar de los quebrantos, no de los éxitos, eso pertenece a otra sección del periódico.

¿Cuál ha sido el tema de este año más “viñetable”, más inspirador, qué más invitó a la sátira? ¿La crisis? ¿La familia real? ¿La corrupción y decadencia tangible y evidente de algunos partidos?

365 temas al año dan para mucho.

Y como libreros, pregunta obligada de recomendación: ¿gustos literarios de El Roto? ¿Comics, novelas, ensayos, poesía? ¿Títulos? ¿Autores?

Leo con calma todo aquello que llama mi atención, sin limitación de géneros o autores. 


Oh la l'art. El Roto. (Libros del Zorro Rojo, 2013)

miércoles, 1 de enero de 2014

«El principal efecto de mi novela – y el más deseable – es el de concienciar a las nuevas generaciones para que el horror no se repita.» Entrevista a Bernardo Kucinski, autor de 'Las tres muertes de K.'

Bernardo Kucinski.

Uno de los efectos más nobles de la literatura es el fortalecimiento de la memoria necesaria para recordar, reparar y evitar los grandes horrores que la propia humanidad genera. Las tres muertes de K. (Rayo Verde), de Bernardo Kucinski, narra de manera certera, sin florituras innecesarias y con proporciones justas de realidad y ficción, la experiencia de los desaparecidos de la dictadura brasileña iniciada en la década de los sesenta.
Kucinski nació en San Pablo en 1937. Durante la dictadura tuvo que exiliarse por su actividad política y periodística y no regresó a Brasil hasta el año 1974. Fundó los periódicos Movimento y Em Tempo. Ha sido colaborador y corresponsal en publicaciones como The Guardian, Euromoney o Lagniappe Letter. En 1997 se hizo con el premio Jabuti por su libro Jornalismo econômico. 
Conversamos con Kucinski, otro nominado a los XIII Premios Cálamo.



Antecede a la novela Las tres muertes de K. una frase que reza «Todo en este libro es inventado, pero casi todo  ha sucedido.» La frase parece indicar su inicio como escritor literario, complemento de su larguísima carrera periodística ¿Qué ventajas y peligros encuentra en abordar temas tan delicados como la dictadura militar y los desaparecidos por la represión desde una actividad artística y estética como la literatura?

El principal peligro es que el lector no consiga distinguir lo que es imaginado de lo que es factual. No es que eso sea importante, al contrario, es deliberado, es lo que da al relato su dimensión literaria, pero eso puede angustiar al lector innecesariamente. Y hay peligro  de suscitar reacciones emocionales muy fuertes en personas que sufrieron en las cárceles de la represión. En familiares de desaparecidos y amigos de las personas citadas o no citadas, personas identificables o que el lector piensa haber identificado a través de la narrativa. Ambas situaciones ocurrieron con las ediciones en Brasil.
La principal ventaja es poder abordar un tema sensible y humano sin las limitaciones impuestas por el relato que se propone factual. Otra ventaja es  trabajar un tema aun poco explorado en Brasil en el plano literario. Hay muchos testimonios y autobiografías y alguna producción académica, pero casi nada de carácter literario. Resalto, no obstante, que no creo que un escritor busque ventajas o se preocupe con peligros. Todo eso viene después. Un escritor escribe porque necesita escribir. 

Como testigo y familiar de una víctima de la dictadura –me refiero a la desaparición de su hermana Ana Rosa Kucinski en 1974–, ¿ha sido una necesidad para usted escribir la obra? ¿Ha sido necesaria la distancia temporal de casi 40 años entre la desaparición de su hermana y la publicación de Las tres muertes de K.?

Sí, creo que ambas premisas son verdaderas. Ha sido necesaria una gran distancia temporal  y escribirlo ha sido una necesidad, una verdadera catarsis.  Es notable la facilidad con que lo he escrito, en pocas semanas, como si de repente estuviera embarazado del relato, esperando darlo a luz.

En la misma línea de la pregunta anterior: ¿cree que es posible, o incluso válido, escribir obras literarias que aborden temas como el exilio forzado, la dictadura o las desapariciones si no hay una experiencia real del autor que lo convierta en testigo directo de esos hechos?

Sí, todo es posible en literatura, y por eso la literatura tiene alcances más amplios  que el relato factual necesariamente limitado por la veracidad y exactitud de los hechos. Muchos  lo hicieron, por ejemplo, Kafka, que transporta a un plano universal sentimientos probablemente suscitados en la esfera familiar. Por otra parte,  relatos estrictamente factuales como los de Primo Levy o Aharon Appelfeld, tienen estatura literaria indiscutible.

Además de una posible catarsis en el acto de escritura, ¿qué otro efecto, qué otra función tiene o puede tener esta novela y cualquier obra literaria que registre momentos históricos tan oscuros como lo fueron las dictaduras militares latinoamericanas?

El principal efecto – y el más deseable – es el de concienciar a las nuevas generaciones para que el horror no se repita. En este sentido libros como “Las tres muertes de K” van contra la corriente y contra la hegemonía histórica de las élites brasileñas, las mismas que apoyaron la dictadura y que aun dominan la gran prensa en las estructuras de producción. 

«En Brasil, la historia que se enseña en las escuelas y se cultiva en la cultura convencional es la determinada por los vencedores, o sea, los represores mismos. El día en que “Las tres muertes de K”, sea incluido en las lecturas recomendadas por el Ministerio de Educación,  sentiré que he conseguido algo.»

El primer capítulo de la novela y el post Scríptum que la cierra sugieren de manera clara la existencia latente del sistema represivo. ¿Cómo cree que es ese funcionamiento actual en Brasil, y en el mundo?

En Brasil, específicamente en relación a la dictadura militar  y los que contra ella lucharan creo que opera solamente un sistema informal que se constituye de antiguos agentes de la represión y ex comandantes, que se comunican a nivel interpersonal, quizá con una u otra reunión de pequeños grupos. Sé que mantienen un boletín y es notorio que intervienen en internet y hacen intenso lobby junto a los actuales comandantes militares para que sea mantenida la impunidad de los crímenes de la dictadura.
A nivel mundial estoy convencido de que en alguna parte del mundo, probablemente en Estados Unidos, son preservados y actualizados permanentemente los datos sobre activistas e insurgentes acumulados durante la guerra fría. Creo, además, que debe haber un intenso trabajo de cruce de datos como parte del combate a Al Qaeda y otras organizaciones de su género... Todo eso extremamente facilitado por las nuevas tecnologías de computación. Creo también que ese sistema tiene ramificaciones en otros países de pasado colonial o en que hay  terrorismo.  

Y para acabar, ¿alguna recomendación literaria de escritores brasileños que puedan interesarnos?

Recomiendo “O filho eterno” de Cristovão Tezza.