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lunes, 9 de diciembre de 2013

'Elogio a las librerías con historia'. Cálamo, entre las 11 mejores librerías del mundo.


Seguro que hay muchas librerías mejores que Cálamo, pero no podemos negar que nos ha hecho ilusión. El suplemento dominical de El País del 8 de diciembre de este año dedica su portada y páginas centrales a una serie de artículos, dirigidos por Jorge Carrión, agrupados bajo el título  Elogio a las librerías con historia. Once autores glosan la vida y milagros de otras tantas librerías. En nuestro caso fue Antón Castro –gracias amigo–. Queremos pensar que El País, al incluirnos a nosotros,  quiso recordar la labor de las  librerías pequeñas y medianas que además desarrollan su trabajo en ciudades “no mediáticas” (las otras, esas sí todas fantásticas, están ubicadas en París, Nueva York, Londres, Bogotá, San Francisco, Barcelona, México D.F., etc.).


Los adjetivos “mejor” o “peor” tal vez sean los más raros y difusos de nuestra lengua. ¿Pueden compararse y valorarse empresas –libreras o no– de gran tamaño y capital acorde con otras que son pequeñas estructuras casi vocacionales y de escasos recursos económicos? ¿Qué es mejor, una fantástica librería especializada en libros de setas de todo el mundo ubicada en una megalópolis o un establecimiento generalista que sobrevive en un pueblo de 3.000 habitantes vendiendo buena literatura pero también lápices, gomas de borrar y fotocopias? ¿Qué es peor, un macro espacio cultural-comercial repleto de libros en todos los idiomas en el centro de Tokio o una librería especializada en poesía con estanterías maltrechas y mala iluminación escondida en un barrio periférico de Madrid? 
La confusión es la característica de nuestro tiempo. En plena expansión de lo digital, la letra impresa y sus oficios son valorados y reconocidos más que nunca. Puede que lo que subyaga en tan romántica visión sea ese oscuro sentimiento de compasión que la especie humana dedica a las especies en extinción, o mejor dicho, a las especies que extingue. 

Os invitamos a que leáis  dos textos que señalan con claridad cuál puede ser el futuro del libro. Uno de ellos ha sido editado por Trama Editorial y está dando mucho que hablar: En los dominios de Amazon: Relato de un infiltrado de Jean-Baptiste Malet. En él se describe de manera amena y pormenorizada el interior del comercio electrónico. El otro es un fantástico  e iluminador artículo de Guillermo Schavelzon titulado El nuevo rol del editor, y el futuro del libro y la industria editorial, editado en el nº 21 de la Revista Trama & Texturas (por cierto, revista imprescindible para estar al día de todo lo que rodea al mundo de la edición: suscríbete aquí). Schavelzon, agente literario de prestigio, nos habla del imparable proceso de concentración editorial y del único criterio que prima actualmente  en el negocio de la edición: la rentabilidad a toda costa. Y que lo que está en juego no es solo el futuro de la industria y el negocio del libro, sino también la libertad artística, la calidad de la educación y la posibilidad del pensamiento crítico. Con permiso de Trama & Texturas, compartimos el enlace al pdf del artículo. Por favor, léelo. 

Volvamos al tema inicial, al artículo de El País sobre las mejores librerías del mundo en el que aparecemos. Lo que sí es mejor –aquí, sin duda alguna– es que las librerías podamos sobrevivir y seguir contribuyendo al progreso social y cultural de nuestras diferentes sociedades. Y que los medios loen su trabajo. Así pues, gracias a Jorge Carrión, a Antón Castro, al resto de autores  y al diario El País.

Librería Cálamo.


viernes, 16 de noviembre de 2012

"Hay que grabar en el ADN editorial y librero el algoritmo que denomino de las cuatro Cs: colaborar, compartir, cooperar y comunidad", Manuel Gil, Director Comercial de Ediciones Siruela


-Ante la sobreabundancia de información cultural en la red que, obviamente, afecta también al sector editorial y del libro, ¿Qué estrategias pueden seguir los libreros y editores para mantener una presencia digital capaz de atraer y unir al público interesado?
Vamos a un “mundo de editores”. La tecnología y las herramientas democratizan y universalizan la posibilidad de editar, y en los próximos años veremos un “tsunami” de contenidos autopublicados y en numerosos casos gratuitos, y esto introduce en el ecosistema del sector una variable de competencia en captación de la atención hasta ahora desconocido. Para visibilizar contenido en este escenario la edición tendrá que elevar su nivel de autoexigencia en la calidad del contenido que pone a disposición del usuario, las marcas editoriales deberán ganar una credibilidad inmensa en la Red y buscar modelos de negocio sostenibles, cosa que no va a ser fácil, debido a la caída en cascada de los precios. Y las librerías deberán agruparse en cadenas y disponer de una o dos plataformas generalistas y alguna otra especializada que añadan un plus de valor por agregación y selección de contenidos. La visibilidad de libreros y editores independientes vendrá determinada por su capacidad de influir en la red y no por su tamaño empresarial. Lo que es evidente es que si no se construye una plataforma propia de editores y libreros independientes que salvaguarde el acervo cultural de un país, el negocio digital estará en manos de un pequeño oligopolio de compañías extranjeras que dejarán fuera a las librerías independientes. El asunto es ciertamente complejo y requiere una capacidad de reacción que ahora mismo no se vislumbra en las organizaciones gremiales. Este es un reto estratégico a abordar de manera urgente.

-¿Cómo ves el estado de salud del mundo editorial “independiente”? Aquellos libreros y editores que van más allá de las modas, que apuestan por el trato directo con sus clientes y el fondo especializado...¿Hay que seguir renovándose?
El sector de la edición y la librería independiente están en una situación “alarmante”. Si yo hasta hace un par de años definía la situación como “apasionantemente incierta” ahora la califico de “flagrantemente dolorosa”. Todos los ratios económico-financieros de este tipo de empresas están bajo mínimos, y las ponen al borde de la desaparición. El estado de salud es crítico. Y de una situación como esta no se sale individualmente, o se sale en conjunto o no se sale. Y ara ello se hace imprescindible desterrar la “opacidad” histórica del sector. Hay que grabar en el ADN editorial y librero el algoritmo que denomino de las cuatro Cs: colaborar, compartir, cooperar y comunidad. Ni que decir tiene que hay que abordar un plan nacional de defensa de la librería, que hay que presionar a las administraciones públicas para desarrollar un plan de dotaciones bibliotecarias muy potente y que se canalice por librerías de planta en calle, que es imprescindible un acuerdo de buenas prácticas entre editores, libreros y distribuidores, fundamentalmente para frenar la venta directa de editores que acaban haciendo la competencia a las librerías y debilitando el canal de distribución. Los retos en esta área son también muy complejos. Al menos observo una voluntad creciente de abordar estos temas, lo que ya parece un paso adelante dentro de la baja proactividad que el sector ha venido demostrando en estos años. Parece que algo se mueve en el mundo del libro, obviamente porque de no hacer nada el fin estará cerca.

-¿Qué nos depara el II Encuentro Otra Mirada? ¿crees que ante la crisis es bueno crear una red de trabajo que permita a los diferentes agentes trabajar coordinadamente para avanzar en vez de retroceder o perder peso?
El IIº Encuentro Otra Mirada debería establecer unas líneas de actuación entre España y la América hispanohablante para abordar los futuros del libro, deben salir líneas de actuación globalizadas en numerosas áreas: coordinación de librerías, globalización de la edición independiente en el mundo hispano, fuentes de información compartidas, planes de formación internacionales, etc… La cooperación y el montaje de estructuras transversales y panamericanas parece un elemento fundamental de supervivencia del sector. Tengo unas enormes esperanzas en estas Jornadas y en su continuidad futura. Si este evento no existiese habría inevitablemente que crearlo. Nos jugamos mucho en la actual coyuntura internacional. La idea de una organización como Cerlalc hay que apoyarla y ampliar sus áreas de actuación, probablemente con sedes en varios países y un centro de datos único de carácter internacional, sobre todo ante la irrupción masiva de contenido online en el mundo hispano. Es por todo esto que no deja de ser admirable el esfuerzo que una librería de Zaragoza como Cálamo esta realizando para impulsar este evento. Observo una actitud entre kamikaze y visionaria por parte de la librería, no en vano estáis haciendo algo que instancias mucho más poderosas deberían desarrollar. Este tipo de iniciativas me congratulan con el futuro del sector, y por parte cuentan con todo mi apoyo.

-¿Es excesivo el peso de los grandes? ¿Qué piensas de la fusión Mondadori-Penguin?
La edición en lengua anglosajona está ante una concentración que parece monstruosa. En lengua hispana el índice de concentración es todavía razonable, aunque la crisis puede conllevar que los grandes grupos salgan de compras masivamente. Pero no es un mal indicador el observar que al menos en España se crean unas 300 editoriales cada año. La bibliodiversidad parece asegurada. Un grupo como el recientemente en el mundo anglosajón tiene una cartera de autores casi universal, lo que les permitirá en muy poco tiempo influir sobre derechos de autor y probablemente editar simultáneamente en multitud de idiomas desde un único punto. La oportunidad que esto representa para el pequeño editor es que estos grupos optarán por una edición generalista para mercados muy horizontales, dejando espacio para una edición más “reflexiva”, “cultural”  y de nichos, un mercado long tail que también tiene un mercado mundial en la medida en que vamos a asistir a una globalización mundial de los contenidos. Si las esferas son muy grandes dejan mucho espacio entre ellas. Es la famosa “teoría de los huecos”, que yo comparto. La concentración puede ser imparable, pero los huecos que dejarán también serán enormes.

¿Qué le dirías a un visitante de la FIL, qué le recomendarías visitar?
La FIL es la gran feria mundial del libro en castellano, por encima de cualquier otra. Combina la parte profesional con el acceso del público (en gran parte joven) y todo ello con un conjunto de actividades culturales y de ocio extraordinarias. La FIL es la fiesta del libro hispano. Para mí hay dos cosas a visitar imprescindibles, por un lado el pabellón internacional, y por otro el pabellón nacional mexicano, cada día más importante. Junto a ello también conviene darse una vuelta por al área de conferencias y charlas, pues te permite observar el interés del público por el libro y la lectura, llama poderosamente la atención el observar las salas absolutamente abarrotadas de público. La FIL no se visita, se comparte, de ahí su grandeza universal.

-Por último, en todo profesional “librero” hay mucho de vocación, ¿cuándo nace tu pasión editorial, cuándo supiste que querías dedicarte a esta profesión?
Entré en el mundo del libro por puro azar. Estaba en la Universidad cuando un amigo que había nombrado gerente de una cadena de librerías muy conocida a finales de los 70 me llamó para incorporarme al proyecto. Le dije asombrado que yo no sabía nada de librerías, que era un buen lector pero nada más, y me dijo que ser librero era un oficio y que se podía aprender. Así comencé una aventura profesional en el año 74 que me ha llevado a pasar por casi todos los eslabones de la cadena de valor del libro. La esencia de este oficio es que es fuertemente adictivo, de manera que si entras en algún oficio del sector del libro a buen seguro que te retirarás dentro de la profesión. Al libro le debo todo lo que soy. Me lo ha dado todo en la vida, y yo he intentado corresponderle escribiendo libros y artículos sobre el sector. Una modesta contribución y tributo a un sector que hoy tiene retos inmensos que afrontar.

miércoles, 31 de octubre de 2012

"La literatura en Latinoamérica está más viva que nunca", Nubia Macías, directora de la FIL


Desde 2003, Nubia Macías (Jalisco, 1966) viene ejerciendo una impecable dirección en la Feria del Libro de Guadalajara. Y por eso desde La Otra Mirada de Cálamo no podíamos dejar escapar la oportunidad de charlar con ella alrededor de las novedades que este año encontraremos en la FIL, y de los desafíos y éxitos a los que la literatura hispanohablante se enfrenta en estos instantes. Sus principios son los que siguen.   



Como responsable del encuentro de la FIL y conocedora a fondo del entorno profesional asociado al mundo de la edición, ¿cuáles diría que son las  principales inquietudes del sector en este 2012? ¿Afirmarías que el tránsito hacia la edición digital es actualmente el tema más candente en el entorno de la edición?

Yo creo que el tránsito ya es un tema superado. En mi opinión los temas cruciales en estos momentos son dos: por un lado la generación de contenidos, es decir, la traducción de los textos a los soportes digitales, y por otro el tema de los derechos de autor, que sigue siendo el talón de Aquiles de todo el entorno de la edición digital. Es una enorme discusión esta realidad del "préstamo de contenido" que es realmente lo que están proponiendo los desarrolladores electrónicos a los lectores, quienes al final están rentando el servicio de la lectura en lugar de adquiriendo un bien.

Ésta es la 26ª edición de la Feria. Tratándose ya del encuentro más consolidado en habla hispana, y con esta vasta trayectoria a las espaldas, ¿qué novedades podremos encontrar este año?

Esta edición yo destaco tres cosas: la presencia de Chile de nuevo como invitado de honor, que representan una nueva conexión de este país con el mundo; nuestro programa Latinoamerica Viva, heredero de Los 25 secretos mejor guardados de América Latina, al que vienen 35 autores que representan un mapa extraordinario de las rutas literarias de nuestro continente, y la presencia de la delegación de autores de Brasil, que permitirá por primera vez a los profesionales y lectores que se reunen en la Feria tener una visión global de las letras brasileñas.

Da la sensación de que en todo el mundo hay cierto clima de derrotismo en relación a la literatura, y que cuando se habla de buenas noticias éstas tienen que ver más con la tecnología que con la propia lectura o los hábitos lectores. Sin embargo, encuentros como la FIL parecen demostrar lo contrario. ¿Se trata entonces de un oasis, o podríamos afirmar que el clima popular de entusiasmo bibliófilo en Latinoamérica es una constante?

Yo creo que la literatura en Latinoamérica está más viva que nunca. Tenemos cientos de autores extraordinarios, la industria tiene una vitalidad como nunca antes, hay redes de colaboración que funcionan de Norte a Sur y de Sur a Norte. Todo con mucho esfuerzo, cierto, y a veces a espaldas de la gran industria, pero eso no le quita méritos. El giro que ha dado la edición independiente frente a la avanzada digital, al apostar por reforzar el arte de los libros, su diseño, las tipografías, creo que todo eso habla de una capacidad de adaptación que es para entusiasmarse.  La FIL ciertamente, se convierte en un lugar en donde todas estas tensiones confluyen y durante nueve días se puede ver, literalmente, como en sus pasillos corre esta fuerza de la literatura, de los lectores, de los propios autores. Yo creo que el discurso está un poco secuestrado por las élites y que en realidad la gente mantiene una relación vital con la literatura y que el trabajo de quienes apostamos por el mundo del libro es encontrar las nuevas formas de acercarlos a este mundo y a estos autores.

Además de estos encuentros puntuales de orden internacional, ¿estimas que realmente se están ampliando los lazos de trabajo entre pequeños profesionales del libro en Centroamérica y Europa? ¿Cómo podemos evaluar el desarrollo de los vínculos en el sector del libro en habla hispana en los últimos años?

Bueno, Centroamérica es una región muy pequeña, yo creo que más bien la América que habla español tiene un mapa muy variado de lazos. No me aventuro a hacer una evaluación, porque eso requeriría tener un mapa claro de cómo se están dando las colaboraciones. Lo que sí te puedo asegurar es que cuando yo viajo por el continente, y me reúno con la gente, siempre encuentro editores que están interesados en contactar a sus pares en otros países, que están interesados en ver cómo pueden mover los derechos de sus libros y que buscan la colaboración que ayude a crecer en lectores. Mi parámetro más cercano es el Salón de Derechos de la Feria, que es un proyecto que comenzó hace diez años con 20 mesas de negocio y hoy tiene casi 110. Creo que eso habla de que hay un interés claro en que los contenidos se muevan, y que estamos trabajando muy fuerte en romper fronteras.     

¿Cuáles son tus recomendaciones a editores y libreros independientes del mundo hispanohablante para reforzar  sus vínculos?

Que se conozcan, que se busquen, que actúen. Creo que la mayor amenaza para la industria independiente son los discursos que ya conocemos: el de la dependencia gubernamental, el de que son industrias marginales, el de que son industrias "de capilla". La fortaleza más grande de la industria editorial independiente es la gente que la forma, gente que ama este oficio, que ama los libros y que necesita ser capaz de tender puentes a fin de que esos contenidos y esos libros puedan circular. Creo que hay que huir de los dogmatismos y de los grupúsculos. En esa medida todos seremos más capaces de ver al otro, de conocerlo y de abrirnos a las posibilidades de la cooperación. Es indispensable también que los editores y libreros entiendan mejor las tendencias comerciales del mundo, que estén actualizados en esos conocimientos y abiertos para aplicarlos en su quehacer cotidiano. De esto dependerá en buena medida su supervivencia.

Corren tiempos en los que el mapa del mundo está cambiando: con el impacto en EEUU y Europa de la crisis económica de 2008, y la emergencia de países como China, Brasil o India, es de prever que el mapa cultural global ha de cambiar de alguna manera. ¿Qué papel le intuye al futuro de la literatura en habla hispana en los próximos tiempos?

La literatura en español, y en particular la que se produce en América Latina, vive hoy uno de sus mejores momentos. Yo creo que tiene un potencial extraordinario y que los ojos del mundo están volcados en ver qué encuentran en ella.  Me parece que los países que mencionas plantean todos retos importantes, pero que el camino que nuestra literatura ya tiene andado en el mundo es un extraordinario trampolín que espero que los editores aprovechen.

¿Qué echas en falta para la FIL? ¿Qué desafíos hay para las próximas ediciones? 

El desafío de la Feria es siempre superarse a sí misma, lo que no es nada sencillo. Más que echar en falta me parece que hay que trabajar muchísimo para mantener la calidad literaria y del encuentro editorial, por mantener el sentido que hace que en nuestra Feria confluya toda la cadena del libro. 

Chile es el país invitado este año, ¿qué nos recomendarías de su tradición literaria? 

Como ya mencioné anteriormente, creo que la visita de Chile será fantástica porque nos permitirá conocer una nueva generación literaria, las voces de más de cien escritore que hoy reflejan la diversidad de este país, y su mirada al futuro. Personalmente me parece que una de las fortalezas de la tradición chilena es la poesía, que ha marcado al continente entero desde siempre, en particular me entusiasman mucho las presencias de Óscar Hahn y Zurita.  

domingo, 28 de octubre de 2012

Tres acciones editoriales para volver Internet un espacio sostenible

Una de las mayores inquietudes que sobrevuelan el panorama de la edición es la viabilidad económica del espacio digital; un entorno, como es bien sabido, cada vez más inevitable en el futuro inmediato. 

  1. Mismamente, Newsweek anunciaba este mes la suspensión de su edición en papel tras ochenta años en activo. The New York Times también expuso en agosto su intención de reducir el número de lectores en beneficio de los suscriptores de pago, y esta semana el director ejecutivo de Springer, Mathias Doepfner, se sumaba al fin “de la era de la barra libre en Internet”, proponiendo un modelo de pago para su cabecera Die Welt
  2. Junto al modelo de suscripción en los medios informativos, desde Holanda asistíamos a la propuesta de un “Spotify de noticias”, que se llevará a cabo entre las seis cabeceras principales este 2012.  
  3. En cuanto a la edición literaria, The Guardian narraba esta semana el desarrollo de un experimento que permitía la adquisición de una colección de ebooks al precio que el lector decidiese. ¿Resultados? 1,1 millones de dólares en menos de dos semanas. 

Seguiremos atentos a la evolución de estas acciones. No obstante, The Atlantic parecía estar en lo cierto cuando afirmaba que pese a los peores augurios, la industria editorial se encontraba en el camino adecuado. Lo que suceda en el entorno hispanohablante... aún está por ver. 

The Humble eBook Bundle. Paga lo que quieras. Apoya la caridad. Lee. 

miércoles, 24 de octubre de 2012

La lectura como valor en alza, ¿mejor desde la educación o la publicidad y la librería?


Dos propuestas. 1. En el blog Los futuros del libro, Joaquín Rodríguez recuperaba un artículo de Publishing Perspectives alrededor de los hábitos de lectura en Finlandia, según el cual al menos “el 75% de la población adquiere libros con regularidad, algo que ha propiciado un incremento sostenido de su industria a lo largo de los años hasta llegar al lugar donde se encuentran”. Así se preguntaba acerca del papel de la educación en las estadísticas nacionales, y si no convendría optimizar un “verdadero y decidido Plan nacional de fomento de la lectura, promovido desde Educación y desde las Federación Gremios de editores y libreros siguiendo las recomendaciones que han funcionado en varios países del mundo”. 2. A su vez, Antinomias del Libro publicaba la semana pasada otra estimulante batería de acciones para optimizar la literatura en España, esencialmente dedicadas a mejorar las condiciones comerciales del libro. Entre ellas encontrábamos: IVA cero para el libro, IVA cero o superreducido para el libro electrónico, plan de marketing nacional y de comunidades autónomas para prestigiar el libro, revisión de la Ley del Libro, flexibilizar las políticas de descuentos y promociones, potenciar la figura de la librería como «Sello de Calidad», campañas temáticas nacionales: edición independiente, nanoeditores culturales, libro científico, etc, buscar incluir productos generadores de tráfico: entradas a conciertos y espectáculos, wifi, etc…
Ante tal panorama, ¿por cuál de los dos modelos (sector público vs. privado) podría pasar un incremento del valor de la lectura? ¿Tal vez un modelo mixto? 



lunes, 22 de octubre de 2012

El debate Greenfield vs. Robinson: ¿cuál es la verdadera implicación del sector editorial en el cambio de paradigma?

Jeff Bezos, CEO de Amazon, en la presentación de Kindle Fire
Al término de la feria de Frankfurt, Colin Robinson publicaba en el Guardian una pieza en donde desarrollaba diez líneas de acción a tener en cuenta para salvar el futuro de la industria editorial (edición para lectores y no para autores; edición más selectiva; edición rápida; mantenimiento de los precios elevados; utilización de la información en tiempo real...). Naturalmente, las réplicas no se hicieron esperar, y Jeremy Greenfield contestaba desde Forbes a las opiniones de Robinson, acusándolo de mantener una actitud condescendiente con los profesionales del libro. Mientras Robinson daba una serie de pistas para que los editores pudieran adaptarse con más eficiencia a los tiempos, Greenfield mantiene que los profesionales ya ha sabido intuir el futuro del cambio mucho antes de su tribuna en el Guardian. ¿Nos encontramos entonces en el sendero adecuado hacia el cambio, o aún tenemos que ajustar mejor nuestros parámetros a los nuevos tiempos? La discusión está servida.   

12 curiosidades y sospechas confirmadas sobre el sector del libro en España



Acaba de aparecer publicado el informe sobre el sector del libro en España (2010-2012), realizado a cargo del Observatorio de la Lectura y el Libro. En un entorno fraguado por la la emergencia del libro electrónico, la coyuntura de crisis económica y la adaptación del sector editorial y librero a los nuevos tiempos, estos son algunas de los datos más significativos que hallamos en él:

  1. En 2011 se editaron 116.851 libros, un 2,1% más que en el año anterior. El crecimiento en los últimos cinco años supera el 41%
  2. En 2011 se registra la tirada media más baja de los últimos 10 años, con 1.345 ejemplares por título (un 22,4% menos que la registrada el año anterior).
  3. La edición de libros electrónicos se ha incrementado en 2011 más de un 43%.
  4. La incorporación de ereaders como producto en venta en librerías se intensificó en este periodo. 
  5. Un 14,7% de las librerías había vendido libros electrónicos.
  6. Las estimaciones publicadas por la compañía Nielsen parecen confirmar que durante el pasado año continuó la tendencia negativa registrada ya en 2010. Según Nielsen, en 2011 se vendieron en España 102 millones de libros, un 4,0% menos que en el año anterior. La facturación, por su parte, alcanzó los 1.454 millones de euros, un 3,0% menos que en el año 2010. Las bajadas más significativas se registraron, según esta fuente, en los libros de ficción para adultos (-8,0%) y en los infantiles y juveniles (- 6,0%).
  7. En 2010 se registró, por otro lado, un mayor ajuste oferta-demanda, con un 75,4% de los ejemplares editados vendidos —el 71,6% en 2009—. Esto significa que 3 de cada 4 ejemplares editados fueron a parar a manos de los lectores. El ajuste deriva en parte de la bajada en el número de ejemplares publicados, con un total de 302,6 millones de unidades —un -8,2% respecto al año anterior.
  8. El precio medio del libro en 2010 se situó en 12,67 €, descendiendo respecto al año anterior en 0,6 € y situándose en cifras similares a las de 2005.
  9. En términos de facturación, Comercio Interior del Libro registró en 2010 descensos generalizados en todas las materias, a excepción de los libros infantiles y juveniles — cuyos resultados se mantuvieron— y cómic. Este último fue el único subsector con crecimiento positivo — un 7,5% más que en el año anterior.
  10. Las exportaciones del Sector Editorial alcanzaron una facturación de 268,82 millones de euros.
  11. En cuanto a las exportaciones de libros por parte del sector editorial español según las zonas geográficas, los datos avanzados son los siguientes: Iberoamérica se mantiene en 2011 como la principal zona de destino de los libros españoles en el extranjero. Con un total de 159,42 millones de euros, el valor de las exportaciones a esta zona experimentaron en 2011 un incremento del 2,74%. Tras Iberoamérica, los países de la Unión Europea ocupan un segundo puesto. Su facturación, con un total de 79,13 millones de euros, se incrementa respecto al año anterior un 0,59%. De confirmarse este dato, podría decirse que continúa la tendencia al alza ya registrada en 2010. No obstante, las exportaciones de libros españoles a este continente se han visto afectadas en los últimos años por la competencia iniciada por la producción de China.
  12. Durante el pasado año iniciaron su actividad 367 nuevas empresas.