sábado, 12 de abril de 2014

Cálamo se transforma. Muta. ¡Cálamo cambia y te invita a participar del cambio!




No hay nada más aburrido que vivir y trabajar siempre en el mismo espacio.

Uno puede hacer siempre más o menos lo mismo sin sufrir demasiado –qué le vamos a hacer, a todo nos adoptamos–. Pero si lo cotidiano se realiza rodeado de los mismos objetos, la misma cortina color beige, la estantería repleta de fotos ajadas, el eterno lienzo de aquel pintor que prometía, del sillón heredado de tu padre, del sacacorchos pretencioso regalo de boda.... entonces se torna insufrible, insano y absurdo.
Seamos sinceros. A todos nos gustaría ser ávidos lectores practicantes de la Ética promiscua. Una guía práctica para el poliamor, las relaciones abiertas y otras aventuras (obra de D. Easton y J.W. Hardy, publicado por Melusina... ¡ya en su segunda edición!). Pero normalmente optamos por ser fieles a nuestra pareja (los que la tenemos, claro) y vivir eternamente con ella, lo que ni es bueno ni malo, simplemente es. Si al ya difícil día a día se añade el abandono propio y ajeno, el mismo vaquero tieso, la sosa camisa de cuadros comprada de saldo, el exceso de perfume “démodé”, el corte de pelo años 80 escapado de la peor pesadilla de Travolta ...entonces.... ¡Patapaf!, todo se va al carajo más pronto que tarde. 
Cambia pareja por amigos. Todos los sábados y fiestas de guardar con los mismos colegas. ¿Sabes de lo que hablamos? Al menos que Pepe no nos cuente siempre la misma anécdota de su viaje a Marruecos, que llevamos siglos visitando e invadiendo a nuestros vecinos del sur. Que María no pida siempre huevos rotos con foie por favor, que se nos revuelve el estómago.
Para vivir, para no caer en los insondables pozos de la amargura psicoanalítica, necesitamos que al menos los pequeños detalles que nos rodean no sean siempre los mismos.
Ni nos gusta aburrir ni nos gusta aburrirnos.
He aquí una buena máxima empresarial. Y Cálamo –empresa librera de escaso pero persistente rendimiento– hace suya tan tremenda sabiduría.

Por eso –una vez más y no será la última– Cálamo se transforma, muta y cambia.



Queremos muchas cosas, algunas que ni si quiera sabemos formular con claridad. Pero otras sí:

• Poner en valor (¡perdonad esta expresión tan manida!) la historia de la librería. En 30 años de trabajo han pasado muchas cosas en Cálamo, algunas documentadas y otras no, somos malos archiveros. Queremos que se vean, que se sienta que nuestras estanterías atesoran muchos recuerdos, anuncio de otros venideros.
• Hacer visible y comprensible el trabajo de gestión cultural que realizamos en México, Colombia y otros países latinoamericanos (y también en Europa). Muy exigente y muy divertido.
• Queremos ofrecerte espacios más agradables, más cómodos y divertidos, más atractivos. Que puedas servirte un buen vino y sentarte a hojear o leer un libro. Que cómodamente sentado, tus manos alrededor de una taza de café –un excelente café– charles con tus amigos o con nosotros.
• Queremos ser más eficaces y profesionales: siempre se puede y se debe mejorar.

Ya ves, todo un programa casi electoral.
Y ahora viene lo mejor: te necesitamos.
Necesitamos tus opiniones y consejos, que nos digas lo que hacemos mal y lo que hacemos bien. Que nos sugieras en qué podemos mejorar. Que nos digas qué es lo que te gusta de Cálamo y qué no.
Para todo ello te invitamos, te rogamos, que te acerques a tu librería los próximos días 14,15 y 16 de abril dispuesto a hablar y a escuchar nuestro proyecto. Si vienes a partir de las 18.30 te esperaremos con una copa de vino, que ya se sabe que ayuda a soltar la lengua. Y si vienes por la mañana, con un café.
Y te esperamos para algo más: todas las compras que nos hagas esos días irán destinadas a sufragar los gastos de la reforma.
Anda, ¡no te hagas de rogar y acércate a Cálamo! 
Si vives fuera o estás de vacaciones escríbenos por email (calamo@calamo.com), Facebook o carta manuscrita: prometemos contestarte.


Un abrazo fuerte.
En nombre de Cálamo, Paco Goyanes

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