miércoles, 9 de abril de 2014

«No sé si me convertí en poeta. Diría, mejor, que asumí pronto la poesía como una forma de estar en el mundo». Entrevista a Antonio Lucas, Premio Loewe de Poesía.

Licenciado en Periodismo, periodista, columnista y redactor de Cultura en el diario El Mundo, colaborador de RNE y poeta: Antonio Lucas nos visita este sábado para presentarnos Los desengaños (Visor), su último poemario, ganador del último Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe. Desde las 13 horas, conversará con Manuel Vilas. Para anticipar lo que sin duda será una tarde genial, conversamos con Lucas sobre periodismo, poesía y libros:

Antonio Lucas. Fotografía de José Aymá.
¿Cuáles son "los desengaños" que dan título al libro?

Sospecho que desengaños de uso corriente, accesibles y universales: una ruptura sentimental y un desafecto hondo con el presente al que nos han arrastrado y al que nos hemos dejado arrastrar. Esas dos vías de lectura generan un conjunto de poemas que empieza hablando desde un 'nosotros' colectivo para desembocar en el 'yo' dañado... En cualquier caso, el primer desengaño de mis desengaños soy yo mismo. 

El poemario te ha significado el XXVI Premio Internacional de Poesía de la Fundación, uno de los más importantes premios literarios de la poesía en castellano que se suma a una larga lista de otros galardones: ¿qué efectos tiene en tu oficio, en tu enfrentamiento con el próximo poema, el próximo libro, un premio tan importante?

Si preguntas por el efecto de los premios en el poema, ninguno. La decisión de presentar un libro a un galardón es una idea que, en mi caso, siempre viene a última hora, cuando el libro está acabado y desde una inconsciencia escasamente reflexiva. Lo que vendrá a partir de ahora serán más poemas, aunque no sé de qué tono, ni tradición, ni pelaje, ni raza.

Redactor cultural en El Mundo y redactor de versos, ¿puedes contarnos cómo te convertiste en poeta, cómo te convertiste en periodista?

No sé si me convertí en poeta. Diría, mejor, que asumí pronto la poesía como una forma de estar en el mundo, de descifrármelo y descifrarme dentro de él, pero sin conversiones. La poesía estaba ahí, en la biblioteca de mi padre, y yo estaba cerca, con el brazo largo y tiempo por delante. Respecto al periodismo, desde adolescente leía con entusiasmo dos periódicos al día y escuchaba radio sin tregua. Yo quería ser de esos que contaban la vida, que le daban megafonía a las cosas que suceden. Hice una carrera absurda, Ciencias de la Información, que fue como hacer cinco veces COU y muy pronto comencé a trabajar en El Mundo (a los 20 años). Algún tiempo después, cuando ya llevaba tres o cuatro en la redacción, comencé a intuir que empezaba a ser periodista. Y en ello sigo. Me flipa este oficio.

¿A quién admiras en cada una de estas disciplinas? ¿Quiénes son tus maestros literarios y periodísticos?

¿Me obligarías a decirlos todos sin agua cerca ni un 'revital'? Lo vamos a hacer más difícil. Diré uno por cada frente. En poesía: Rimbaud. En periodismo: Chaves Nogales.

La mordida moneda de los años -

¿Hay una mezcla de voces, la del periodista y el poeta, en tu obra poética? ¿Y en tu labor periodística?

Diría que son como los raíles de un tren, uno 'al laíto del otro, to seguío, to seguío' (como dice la letrilla de una hermosa toná flamenca)... Los trasvases son puntuales y tienen más que ver con la mirada que con el ejercicio y los modales de escribir. Si el periodismo se hace lírico termina en mala mercromina. Si la poesía se pone periodística, acaba en estadística. 

Suele preguntarse a los escritores qué papel cumple la literatura en la actualidad. ¿Qué función, si es que la hay, cumple la poesía?

El poema es una forma de rebeldía. La poesía, como apunta Luis Antonio de Villena, es una acusación y una salvación.

Y por último, una pregunta de libreros: ¿qué libros nos recomiendas?

Los que sugieran los amigos de Cálamo, que para eso son lectores audaces y libreros admirables.



La charla sigue este sábado en Cálamo. ¡Hasta entonces!

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